Misión Geodésica Francesa
Fue una delegación de científicos enviados por la Academia de Ciencias de París, que con el apoyo de Luis XV, Rey de Francia, y el permiso de Felipe V, Rey de España, llegó a Quito el 29 de mayo de 1736.
La misión encomendada consistía en completar los datos matemáticos relacionados con la verdadera forma de la tierra, y para tal efecto tenían que medir desde el Ecuador, un arco de meridiano terrestre.
Estuvo encabezada por los astrónomos y físicos Carlos María de La Condamine, Luis Godín, Pedro Bouguer; el botánico José Jussieu; el médico y cirujano Juan Seniergues y varios ingenieros, dibujantes, ayudantes, etc. A esta comisión se sumaron, a solicitud de Felipe V, los marinos españoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa, quienes debían también realizar investigaciones discretas sobre la vida de la colonia.
Los trabajos que la Misión Geodésica de Francia realizó en América fueron de tal importancia, que revolucionaron los conceptos científicos de la época, no solo al constatar que la tierra era achatada en los polos sino que, con las mediciones realizadas, se pudo determinar la verdadera longitud del metro, medida que representa la diez millonésima parte del cuadrante del meridiano terrestre y sobre la cual fue basado el sistema métrico decimal.
Una segunda “Misión” llegó a Guayaquil el 1 de junio 1901 a cargo del Servicio Geográfico del Ejército francés y al mando del Cmdt. Bourgeois, con el objeto de ratificar o rectificar las mediciones realizadas por la primera misión.
En esta segunda Misión llegaron los coroneles Perrier y Llallemand, el Dr. Paul Rivet, los tenientes coroneles Noirel, De Fonlongue y Durand; y los suboficiales Damerval, Lecomte, Duffrenne, Gressier, Domart, Lavis, Thil, Brasselet, Anquetin, Presse, Soubriard y Soullot.
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