Crespo Ordoñez Luis
Pintor cuencano nacido el 12 de julio de 1904, hijo del Sr. Roberto Crespo Toral y de la Sra. Hortensia Ordóñez Mata.
En 1926 inició sus estudios en la Escuelas de Bellas Artes de Cuenca bajo la dirección de los célebres Abraham Sarmiento y Honorato Vázquez; y más tarde, gracias a una beca otorgada por la Municipalidad de Cuenca, ingreso a la escuela de bellas artes de Quito, para continuar su aprendizaje bajo la dirección del maestro italiano Luigi Cassadio.
Al finalizar sus estudios, en 1930 asistió al Salón Mariano Aguilera donde obtuvo un tercer premio; ese mismo año el gobierno le otorgó una beca para estudiar en Europa, donde viajó de inmediato para instalarse en París, Francia, donde hasta 1932 asistió a la Ecoles des Beux Arts y a la Academia Libre de la Grande Chaumiere. Cuando Francia le quedó pequeña para dar alas a su talento, imaginación y deseos de superación, viajó a España para ingresar a la Escuela de Bellas artes de San Fernando, en Madrid, donde entre 1932 y 1936 aprendió las virtuosidades del arte clásico.
En 1937 -cuando España se desangraba en medio de una turbulenta guerra civil- regresó al Ecuador, donde su obra ya había obtenido merecido reconocimiento. Al año siguiente, un jurado integrado por Guillermo Latorre, Luis del Campo y Pedro Traversari le otorgó el Primer Premio en el Salón Mariano Aguilera.
Luego de desempeñarse durante dos años como profesor de la Escuela de Bellas Artes de Quito, en 1939 dejó el Ecuador y se trasladó a los Estados Unidos donde en poco tiempo se destacó como retratista, habiendo pintado a las grandes personalidades del gobierno, las universidades y la banca; uno de ellos, Alberto Lleras Camargo, Presidente de Colombia y Secretario General de la OEA, a quien retrató en 1954.
“En los Estados Unidos, el país menos comprendido del mundo, viví y participé apasionadamente la revolución de la Escuela de New York y la de la “Washington School of Color Painting”, a la que debo la vivacidad de mi paleta... En Usamérica vi la luz, me di cuenta de los conflictos entre “arte antiguo” y “arte moderno”, “arte figurativo” y “arte abstracto” son artificiales”(Crespo Ordóñez, Pag, 21.- Ediciones Tabapress-Madrid).
En 1971, luego de permanecer en los estados Unidos durante treinta y dos años, Crespo Ordóñez viajó a España para instalarse de manera definitiva en Madrid, donde continuó desarrollando su obra pictórica, de características muy particulares.
“Muy al contrario de la mayoría de los artistas marcados con la huella de Europa, la pintura de Luis Crespo Ordóñez tiene una sutil reminiscencia de su Cuenca natal. Los temas, preferentemente floreros y bodegones, poseen esa intimidad y esa coloración austral que debió quedar impregnada en la retina del pintor desde su niñez” (Juan Castro y Velásquez, El Universo, En. 23/2000).
Por eso su obra ha sido aplaudida y ha recibido el reconocimiento internacional en múltiples exposiciones y galerías de Washington, en 1960; el Museo de Bellas Artes de San Juan de Puerto Rico, en 1970; el Museo Español de Arte Moderno, en 1979 y el Centro Cultural de la Villa de Madrid, en 1980.
“Crespo Ordóñez se mueve entre lo académico (con que le marca pesadamente la Academia de San Fernando en Madrid) y ciertos coqueteos con lo contemporáneo, como el color “fauve” que anima sus jarrones florales y naturalezas muertas o cierto geometrismo que aporta rigor a su composición. De todos modos, lo nuevo –nunca muy nuevo ni radicalmente nuevo- no ha dado coherencia a su expresión y trayectoria. Se ha convertido, inevitablemente, en otro de los marginales de la pintura ecuatoriana del siglo”(Hernán Rodríguez Castelo.- El Siglo XX de las Artes Visuales en Ecuador, Banco Central de Guayaquil).
A la avanzada edad de 99 años, Luis Crespo Ordóñez murió en Madrid, el domingo 7 de marzo del 2004.
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