El Telégrafo I
A mediados de 1920, el periodista Sr. José Abel Castillo –propietario de diario El Telégrafo, de Guayaquil- adquirió un avión de caza italiano y contrató al piloto de igual nacionalidad, Elia Liut, para dar inicio -en Guayaquil- a la era de la aviación en el Ecuador.
El avión llegó el 29 de julio a bordo del vapor “Ansaldo”, y el 8 de agosto fue bautizado con el nombre de “El Telégrafo I”.
A finales de octubre de ese mismo año, cuando la ciudad de Cuenca se preparaba para celebrar los cien años de su independencia, la Junta del Centenario, presidida por el Dr. Alfonso Cordero Palacios -que había preparado un vasto programa conmemorativo-, acordó patrocinar el viaje del piloto para que al mando de un aeroplano sobrevolara varias veces la ciudad, para lo cual solicitó al Sr. Castillo que su avión -el Telégrafo I- sea llevado para que hiciera algunas demostraciones en los cielos de Cuenca.
Como nunca se había realizado un vuelo sobre los Andes, se acordó que el avión debía viajar por ferrocarril desde Guayaquil hasta la estación de Huigra, y desde allí debía ser transportado en partes por cincuenta indios de las haciendas próximas a Cuenca.
Al conocer de esta poco elegante manera de transporte, Elia Liut se opuso tenazmente y propuso valerosamente realizar el primer vuelo entre las dos ciudades piloteando personalmente el pequeño avión, propuesta que fue rechazada inicialmente por don José Abel Castillo, propietario del avión, quien no quería exponer la vida del audaz piloto; pero éste insistió en su propósito hasta que finalmente logró vencer la resistencia del Sr. Castillo.
“Concertado al fin el vuelo, Elia Liut, teniente italiano de la Primera Guerra Mundial y As de la aviación de su patria, se elevó el 3 de noviembre, a las siete de la mañana, pero las condiciones atmosféricas impidieron al intrépido piloto sobrepasar la cordillera. Liut tuvo que retornar a Guayaquil para anunciar que intentaría llegar a Cuenca al siguiente día. Y, en efecto, el 4 de noviembre de 1920, a las once de la mañana, Elia Liut aterrizaba en medio del alborozo general de una multitud de veinte mil personas que lo aclamaron jubilosamente en el pequeño campo de Jericó, llevándolo después no sólo en hombros hasta el centro de la ciudad, sino encumbrándolo a la Gloria en las alas de la Fama” (Antonio Lloret Bastidas.- Cuencanerías, p. 234)
Así, de esta manera heroica y valerosa, se inició la era de la aviación en el Ecuador.
Pocos días más tarde, el 19 de noviembre, el compañero y ayudante de Elia Liut -Ferruccio Guicciardi- voló desde Cuenca hasta Riobamba, y el día 28, el propio Liut lo hizo desde Riobamba hasta Quito, completando el primer viaje aéreo sobre los Andes ecuatorianos, e inaugurando el correo aéreo entre Guayaquil, Cuenca, Riobamba y Quito.
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