Padre Julio Matovelle
Sacerdote, abogado, poeta y político nacido en la ciudad de Cuenca el 8 de septiembre de 1852, hijo de don Santiago Matovelle y de la señora Juana Maldonado.
Por razones de índole familiar que no vienen al caso analizar, el pequeño pasó una infancia muy triste, pues desde su más tierna edad vivió primero con una tía, posteriormente fue criado por una india de un lugar cercano a Cuenca y finalmente pasó a cuidados de una mujer del pueblo llamada María Quinde, que lo amó y cuidó como una verdadera madre, aunque por su pobreza no pudo alimentarlo adecuadamente, por lo que el niño creció débil y enfermizo.
A los 10 años de edad entró en el Seminario de Cuenca donde en 1871 se graduó de Bachiller, e inmediatamente ingresó a la Universidad para estudiar Derecho.
Profundo amante de las letras y la literatura, dedicaba al estudio todas las horas libres que le dejaba la universidad. Leía y estudiaba todo libro que caía en sus manos, especialmente los de autores antiguos, que lo cautivaban no precisamente por la perfección de la forma sino por su gran sentido de la sencillez y la verdad. Entregado a estos estudios, tomó en sus manos también el Nuevo Testamento y se adentró en él para nutrirse con las Epístolas de los Apóstoles.
Por esa época fundó el “Liceo de la Juventud”, al que pertenecieron los más brillantes jóvenes de la intelectualidad cuencana de esos años, como Remigio Crespo Toral, Honorato Vásquez, Alberto Muñoz Vernaza, etc.
En 1877 obtuvo el título de Doctor en Jurisprudencia y en Ciencias Religiosas, y el 21 de febrero de 1880, el Ilmo. Obispo de Cuenca, Mons. Estévez de Toral, lo consagró sacerdote.
Asistió como Diputado por su provincia a varias asambleas y congresos donde su elocuencia y erudición le dieron gran renombre político, pero también le significó la enemistad y el destierro al Perú por parte del gobierno liberal del Gral. Eloy Alfaro.
Su vocación por las letras hizo que fundara muchas revistas y centros literarios como “Luciérnaga”, “El Liceo de la Juventud”, “La República del Sagrado Corazón de Jesús”, “La Academia del Derecho Público”, “El Boletín de la Basílica del Sagrado Corazón “ y “El Reinado Social de Jesucristo”. Publicó además “El Catolicismo y la Libertad”, “Un Drama en las Catacumbas”, “Nuestra Señora de la Nube”, “La Asunción de la Santísima Virgen”, “Meditaciones sobre el Apocalipsis”, “Documentos para la Historia de la Beata Mariana de Jesús”, etc., obras en las cuales pone de manifiesto su calidad literaria y su profunda fe religiosa.
Gracias a sus gestiones obtuvo que los padres salesianos vengan al Ecuador; fue el mentalizador, defensor y constructor de la Basílica del Voto Nacional y del Monumento a la Santísima Virgen en el Panecillo; fue fundador de los Oblatos y las Oblatas de los Sagrados Corazones de Jesús y María; y de numerosos centros históricos, patrióticos y de beneficencia social.
“Por donde pasaba quería sembrar el bien, y lo sembró con su palabra y, lo que es más importante, con su ejemplo. Durante los primeros años entre sus compañeros, luego en la vida pública, en el Congreso Nacional, en el Convento, en la Congregación que fundara, entre sus discípulos, durante las Misiones, desde la Cátedra Sagrada, entre sus amigos, entre sus conciudadanos, entre todos los que le conocían, en todas partes, por donde sus nobles empeños lo llevaban, y lo hizo siempre con el carácter inalterable y dadivoso del sembrador congénito del Bien” (Lucio Salazar Tamariz.- Una Comarca y sus Destellos, p. 129).
Adornado de méritos y virtudes sobrenaturales, murió en su ciudad natal, Cuenca, el 18 de junio de 1929, dejando en este mundo un caudal luminoso de ejemplos magníficos y enlutando a la Iglesia y a la Patria.
Su causa está abierta al proceso de beatificación, y en marzo de 1994 el Vaticano reconoció sus virtudes y milagros.
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