Bahía de Caráquez
Cabecera del cantón Sucre de la provincia de Manabí.
Su origen se remonta a los años 1500 a.C., época en que se asentaron en esas tierras sus primeros pobladores, que conocemos hoy con el nombre de Caras.
El asentamiento prehispánico fue mencionado la primera vez en 1531 por Cieza de León: En 1534 desembarcó en ella el Adelantado don Pedro de Alvarado cuando llegó con intenciones de iniciar la conquista, pero al ver que los nativos se negaban a servirle de guías, montó en cólera y destruyó el poblado. Finalmente, en 1535, fray Tomás de Berlanga, luego de descubrir las islas Galápagos, ofreció noticias mucho más amplias al emperador Carlos V.
La ciudad española fue fundada en marzo de 1624, por José de Larrazábal, con el nombre de San Antonio de Caráquez, en homenaje a don Antonio Morga que ejercía el cargo de Presidente de la Real Audiencia de Quito, y se levanta sobre las bases de la población indígena destruida por Pedro de Alvarado en 1534.
Durante la conquista, como en la colonia, la ciudad tuvo relativa importancia debido a su situación geográfica, y años más tarde contribuyó grandemente con la causa de la independencia iniciada en Guayaquil con la Revolución del 9 de Octubre de 1820.
Fue cantonizada por decreto legislativo del 3 de noviembre de 1875, en circunstancias en que el Dr. José Gabriel Eguiguren actuaba como Encargado del Poder, luego del Asesinato de García Moreno, ocurrido tres meses antes.
Situada en la desembocadura del río Chone, en uno de los parajes más bellos de la costa ecuatoriana, Bahía de Caráquez se ha convertido en un emporio de riqueza agrícola de gran importancia socio-económica, y en uno de los principales centros de atracción turística y vacacional del Ecuador, para lo cual cuenta con cómodos y amplios hoteles e instalaciones.
1998 fue un terrible año para Bahía de Caráquez: Primero fueron las lluvias consecuencia del fenómeno del Niño, que propiciaron varios derrumbes en los cerros aledaños destrozando caminos, carreteras y viviendas; y luego, un terrible terremoto que sacudió la región el 4 de agosto, causó graves daños en la población con la caída de varias casas y edificios; las comunicaciones quedaron interrumpidas y el abastecimiento de agua potable para sus pobladores se redujo a niveles alarmantes, quedando la ciudad en grave peligro de ser víctima de las epidemias.