La balsa, que siendo medio de transporte fluvial y marítimo también era vivienda de su propietario, tiene una referencia cuya antigüedad es muy anterior al encuentro que tuvo Bartolomé Ruiz -en 1526- con una de ellas proveniente de Salango con destino hacia mezoamérica.
Se trata de “una jangada cuadrilonga compuesta de un número impar de 5, 7 ó 9 palos gruesos, redondos de madera de balsa cruzados por arriba a trechos con otros de madera de lampa y mangles amarrados todos con bejucos; el largo de cada balsa es de 15 o 20 varas con 2 ½ a 3 pies de diámetro…”
(J. A. Campos.- Historia Documentada de la Provincia del Guayas, Tomo III, pag. 108).
Los hombres de la cultura Manteño-Huancavilca llegaron a realizar viajes de mar abierto; y los de la Cultura Milagro-Quevedo la utilizaron como medio de transporte fluvial.
Existen grabados y fotografías que demuestran que en las ciudades de Guayaquil, Babahoyo, Samborondón y otras, desde tiempos coloniales fue muy común su uso como vivienda atracada en las orillas de los ríos. Aún hoy –a comienzos del siglo XXI- es posible verlas en Babahoyo, donde existen como casas de familia, tiendas de abarrotes, prostíbulo e inclusive hay un hotel con cerca de 100 años de antigüedad.