Biblioteca y Museo Municipal De Guayaquil
Podría decirse que las historias de la Biblioteca y del Museo Municipal de Guayaquil son paralelas, aunque entre sus inicios existan algunos años de diferencia; y esto resulta lógico si comprendemos que el objetivo fundamental de un museo es la exhibición de reliquias, y estas, en el caso de una ciudad recién fundada, empiezan a aparecer muchos años después. En el caso de una biblioteca, esta se basa en la recopilación de libros, y para establecerla simplemente es necesario empezar su recolección.
Hecha estas precisiones, retrocedamos a los primeros años de la colonia, cuando la existencia de libros en Guayaquil se limitaba a los pocos que podrían tener los religiosos y algún pudiente ciudadano; fue por eso que el Cabildo dispuso -por 1771- la compra de una “Recopilación de Indias”, una “Curia” y otros libros. Este episodio podría marcar lo que sería el inicio de una gran obra para la ciudad: La creación de una biblioteca.
A principios de 1862, época en que el Dr. Gabriel García Moreno hacía pesar su terrible acción renovadora y depuradora en todas las esferas de la nación, en Guayaquil se imponía la necesidad de crear una biblioteca pública para dar servicio cultural a la todos sus habitantes. Era Gobernador de la provincia don Vicente Piedrahita, y presidía el Concejo Cantonal don Pedro Carbo, cumbre del liberalismo y en consecuencia jefe de la oposición al Gobierno.
Comprendiendo don Pedro Carbo esta necesidad guayaquileña, empeñó su influencia y logró que se fundara la Biblioteca Pública Municipal, que fue inaugurada el 24 de marzo de 1862 con la base de 100 libros que él mismo donó para tal objeto.
Inicialmente estuvo ubicada en la Casa del Cabildo, y su primer bibliotecario fue el Dr. Juan J. Plutarco Vera, quien, aunque el reglamento de la biblioteca le asignaba un sueldo de 40 pesos mensuales, la sirvió gratuitamente durante varios años.
Posteriormente fue impulsada eficazmente por destacados e ilustres guayaquileños como el Dr. Francisco Campos, Sixto Juan Bernal, Isaías Gómez Carbo, Miguel Valverde, el Dr. Alfredo Baquerizo Moreno, Manuel Marcos, Gabriel Urbina Jado y César Villavicencio. Por esos años, antes de fin de siglo la biblioteca había aumentado notablemente su existencia bibliográfica gracias a las donaciones hechas por don Federico Cornejo, el Dr. Luciano Jaramillo, el Dr. Gómez y las de don Pedro Carbo y don Juan B. Destruge, quienes entregaron sus propias bibliotecas para tal motivo. Fue gracias a esas donaciones que -al iniciarse el siglo XX- cuando fue dirigida por don Camilo Andrade, ya los fondos sobrepasaban los 10.000 volúmenes.
En 1908, cuando por su vetustez la Casa del Cabildo iba ha ser incinerada, la Biblioteca Municipal fue trasladada al chalet del Dr. Darío Morla, en la calle Villamil 309
En cuanto al Museo de Guayaquil, es preciso hacer referencia a la información que dejara publicada el ilustre patricio guayaquileño don Pedro Carbo y, particularmente, en las memorias de las Bibliotecas Públicas que éste diera a la luz en 1887, en las que se puede constatar, en la página 70 de dicho folleto, lo que don Pedro Carbo dice: «el doctor Vera fue también encargado de la Dirección del Museo Industrial, fundado por iniciativa mía según consta en el #32 de la Gaceta Municipalcorrespondiente al 1 de Mayo de 1863«.
Está claro entonces que don Pedro Carbo -casi paralelamente a la fundación de la Biblioteca Municipal- fundó también un Museo que con toda seguridad dependería del Ilustre Cabildo porteño, en vista de que para esa entonces él era el presidente del Concejo. No está de más citar la sesión del 15 de Septiembre de 1908, en la que don Armando Pareja propuso la creación del Museo Histórico, anexo a la Biblioteca Municipal; esta propuesta fue aceptada por el Concejo que generó la ordenanza municipal que le dio origen legal.
De lo anotado se desprende que lo propuesto en dicha sesión del 15 de Septiembre de 1908 no fue otra cosa que la ampliación del Museo Industrial, que ya existía, y no la fecha de fundación exacta del Museo de la Ciudad; por lo tanto, el Museo Municipal de Guayaquil es el más antiguo de la nación, estructurado como tal casi a mediados del siglo XIX.
Al igual que la Biblioteca, el primer local del Museo estuvo en el antiguo edificio del Cabildo, donde permaneció hasta su incineración en 1908. Posteriormente, y ya conocido como Municipal, también fue trasladado al chalet del Dr. Darío Morla, e inaugurado la noche del 9 de Agosto del 1909. Don Camilo Destruge -su primer director- debió unir los antiguos objetos del Museo Industrial a los regalos que los guayaquileños hacían a la Biblioteca (pinturas, reliquias, monedas y piezas arqueológicas), a fin de dar forma a esta nueva y más importante entidad cultural.
Un acontecimiento de singular importancia se dio para Guayaquil el 24 de septiembre de 1910, cuando mediante decreto promulgado por el Congreso, durante el Gobierno del Gral. Eloy Alfaro, se concedió a la Municipalidad el solar comprendido por las actuales calles 10 de Agosto, Sucre, Chile y Pedro Carbo; que anteriormente habían ocupado la iglesia y el convento de San Agustín, para que en él se construya el edificio que albergaría al Museo y la Biblioteca Municipal.
En 1914 y después de intensas gestiones ante las autoridades del Gobierno y municipales, se lograron los fondos y condiciones necesarias para su edificación, y luego de la respectiva licitación, y en base al diseño arquitectónico del arquitecto portugués Raúl María Pereira, en 1916 se inició la construcción de un hermoso edificio de estilo renacentista -fabricado en madera recubierta en malla metálica y enlucida con cemento- que fue inaugurado el 10 de agosto de ese mismo año,siendo también su director el Sr. Camilo Destruge.
En los años siguientes, los patrimonios de la Biblioteca y del Museo aumentaron de manera sustancial, al igual que sus visitantes; pero lamentablemente, para 1935 el edificio empezó a mostrar fallas estructurales que pusieron en grave peligro tanto a las obras de la biblioteca como a las del museo, por lo que se empezó a buscar un nuevo local. Fue entonces que en 1939, tanto el museo como la biblioteca debieron ser trasladados al 5to. piso del Palacio Municipal -construido por el arquitecto italiano Francesco Macaferri- donde permanecieron por muchos años.
Entonces y ante la necesidad de un nuevo local, prestantes ciudadanos guayaquileños crearon el Patronato de la Biblioteca que, bajo la presidencia del Sr. Juan José Plaza y con la cooperación del Sr. Genaro Cucalón Jiménez, que actuaba como tesorero, inició las gestiones para lograr los fondos necesarios para su construcción. Surgió entonces la espontánea generosidad guayaquileña: El ciudadano norteamericano Sr. Joseph Gorelik, propietario de Pepsi Cola, donó la cantidad de S/. 1’869.514,92; el Municipio contribuyó con S/. 1’192.500.oo, el Consejo Provincial con S/. 20.000.oo y otros donantes con S/. 83.452.40.
Fue así que el 30 de septiembre de 1952 y utilizando un diseño creado por el arquitecto Guillermo Cubillo Renella; el Ing. Miguel Salem Dibo inició la nueva construcción, que abrió sus puertas el 8 de octubre de 1958, cuando el Alcalde de la ciudad, Lic. Luis Robles Plaza, inauguró el moderno edificio de la Biblioteca y Museo Municipal, en el lugar que hoy ocupa.
Vale la pena anotar que el hermoso mural que envuelve el sector correspondiente al Museo pertenece al artista plástico guayaquileño Ser. Jorge Swett.
A partir de 1970, tanto el Museo como la Biblioteca Municipal cayeron en manos inescrupulosas que los depredaron casi completamente haciendo desaparecer sus mayores y más importantes reliquias, y sumiéndolos en un total abandono; pero a partir de 1992, año en que se inició la primera administración municipal del Ing. León Febres-Cordero, tanto el Museo como la Biblioteca Municipal fueron rescatados del abandono y saqueo que habían sufrido durante más de treinta años debido a la incultura de sus administradores y la desidia de quienes ocuparon la alcaldía de la ciudad; y luego de ser reorganizados y modernizados -gracias a la labor realizada por su director el Arq. Melvin Hoyos y la Dra. Ana Rodríguez de Gómez, Directora de Educación y Cultura de la M. I. Municipalidad de Guayaquil-, fueron abiertos al público, prestando a partir de entonces un excelente servicio a la comunidad.
Para el 2008, su interior se dividía en dos plantas: La baja constaban las salas y paneles multimedia sobre el origen de la evolución de Guayaquil; y en la alta se exhibían las salas de Arte Sacro, Polivalente, de Numismática, de Exposiciones Temporales y de Arte Contemporáneo y había un auditorio técnicamente habilitado. Su reserva de bienes la forman más de 12.000 piezas.