Combate de Los Molinos
A mediados de 1876 negros nubarrones obscurecieron el panorama político ecuatoriano, cuando el Gral. Ignacio de Veintemilla, en su calidad de Comandante General del Distrito del Guayas, comenzó a ejercer su poderosa influencia militar entre los círculos políticos liberales de Guayaquil. Poco a poco la situación fue agravándose, hasta que finalmente, el 8 de septiembre, encabezó y dirigió una revolución armada en contra del gobierno constitucional presidido por el Dr. Antonio Borrero Cortázar.
A la cabeza de la revolución, y proclamado Jefe Supremo de la República, Veintemilla llamó al Gral. José María Urbina -quien ya había ocupado la Presidencia de la República-, y puso bajo su experimentada mano la organización y planificación de la campaña militar para avanzar hacia la sierra y consolidar el triunfo de la revolución.
En los primeros días de diciembre las fuerzas insurgentes iniciaron la marcha hacia el interior, y mientras Urbina -nombrado General en Jefe del Ejército- avanzó por el camino de Yaguachi, el Jefe Supremo Veintemilla lo hizo por el de Babahoyo, en perfecta coordinación y planificado movimiento de tenazas para envolver a las fuerzas del gobierno, que desde Quito avanzaban hacia Guayaquil para intentar sofocar el movimiento revolucionario.
Al mando de sus fuerzas Veintemilla llegó a la loma de Los Molinos, en el camino hacia Riobamba, donde el 14 de diciembre libró un sangriento combate enfrentando a las fuerzas gobiernistas, que fueron derrotadas y tuvieron que emprender la retirada.
Ese mismo día, en los campos de Galte, el Gral. Urbina también obtuvo un definitivo triunfo que garantizó el éxito de la revolución, y permitió que Veintemilla entre triunfalmente en Quito el 26 de diciembre y asuma el control de todo el país.
En los combates Galte y Los Molinos tuvieron destacada participación el Gral. Francisco de Robles y los jóvenes Cornelio E. Vernaza y Eloy Alfaro que hizo la campaña como ayudante del Gral. Urbina.