Condorazo

Cacique Puruhá que pactó con Carán Shyri XI (ver Carán) el matrimonio de sus hijos.

«Reinaba Condorazo en toda esta extensa comarca (el país Puruhá) y Carán Shyri XI, en la de Quito. Ambos régulos o monarcas indios, viejos y ambiciosos, concibieron el proyecto de reunir en un solo cuerpo de nación las dos comarcas que gobernaban. Carán no tenía hijos varones: Su única y querida hija Toa no podía heredar el trono, porque no heredaban las hijas, según la costumbre o ley que los regía. El heredero del de Puruhá eraDuchicela, primogénito de Condorazo. Propúsose, pues, enlazarlo con Toa, si el padre de ésta conseguía de la nobleza del reino, que admitiese por soberano de ambos pueblos reunidos, a su hijo Duchicela, a la muerte de cualquiera de los dos monarcas» (J. de Avendaño.- Imagen del Ecuador, p. 134).

Así, de esta unión nació la Confederación Quitu-Puruhá.

De acuerdo con lo pactado, a la muerte de Carán Shyri XI el mando fue asumido por Duchicela Shyri XII de Quito. Condorazo jamás pudo consolarse de esa pérdida de poder, y a partir de entonces veíasele solo recorriendo los montes y caminos dando alaridos y cometiendo mil excentricidades.

Un día, antes de salir, habló así a su hijo Duchicela: -»Reina en paz, ¡Oh Duchicela! Las rarezas de tu viejo padre, no serán ya obstáculo a tus proyectos ni volverás jamás a oír los consejos de su experiencia. Cuando veas alzarse potente un monte coloso de la vecina cordillera, póstrate y humíllate ente quien habrá alcanzado la inmortalidad.

Es fama que desde aquel día, retirado Condorazo a la cordillera de los Callanes, vagó por ellas muchos meses, sin que las más exquisitas diligencias consiguieran descubrirle. Los indios de las cercanías creen aún hoy que se ha sepultado vivo en la creencia de hacerse inmortal, siendo su sepulcro, el elevado monte que aún hoy lleva el nombre de Condorazo» (ídem. p. 137).