Crnel. Carlos Mancheno
Militar que tuvo importante aunque lamentable actuación luego de la Revolución del 28 de Mayo de 1944 que puso fin al gobierno del Dr. Carlos Alberto Arroyo del Río.
Había sido nombrado Ministro de Defensa del gobierno velasquista que surgió como consecuencia de dicha revolución y en calidad de tal, el 31 de diciembre de 1946, cuando el país se preparaba para retornar al régimen democrático y en momentos en que los miembros del Congreso Nacional estaban reunidos para elegir al nuevo Presidente Constitucional de la República, rodeó con tropas y carros de combate el Palacio de Gobierno donde se encontraban reunidos los congresistas y los amenazó con no dejarlos abandonar el Palacio mientras no resultase electo el Dr. José María Velasco Ibarra.
A pesar de que los congresistas ya se habían puesto de acuerdo para elegir al Dr. Manuel Elicio Flor, les faltó valor para oponerse a la exigencia dictatorial y abusiva de Mancheno, por lo que cambiaron su designación y nombraron al Dr. Velasco Ibarra, acompañado en la Vicepresidencia por el Dr. Mariano Suárez Veintimilla. ¡Qué lejos estaba el Crnel. Mancheno de saber que con su actitud estaba condenando al país a vivir largos años de anarquía política, dictaduras y desgobiernos!.
En efecto, poco tiempo después -el 23 de agosto de 1947- al enterarse de que el Dr. Velasco Ibarra lo iba a destituir de su cargo de Ministro de Defensa, acompañado de un grupo de oficiales amigos se acercó al Palacio de Gobierno y tomó preso al Presidente de la República, lo condujo a un cuartel y lo obligó a firmar una ridícula y vergonzosa renuncia en su favor.
Para su oprobio y vergüenza, sólo seis días le duró la aventura dictatorial, pues el país rechazó indignado la asonada y las fuerzas armadas, al mando del Crnel. Angel Baquero Dávila, en un afán por defender la democracia y la Constitución realizaron un contragolpe movilizándose desde el centro del país hacia Quito, y enfrentaron a sus fuerzas en el puente de Socavón, en Ambato, donde luego de un corto combate pusieron fin al triste intento golpista.
Posteriormente y tratando de justificar su actuación, hizo las siguientes declaraciones que aparecieron en El Telégrafo de Guayaquil, el 20 de septiembre de 1947: “…la crisis económica y la absoluta incapacidad del gobierno para afrontarla y resolverla; el carácter absolutamente personal y antidemocrático del régimen; el Dr. Velasco Ibarra respetaba la Ley y la Constitución, mientras le convenía ese respeto; pisoteaba la Ley y la Constitución cuando así le interesaba; la confusión administrativa llegó a tener caracteres verdaderamente trágicos… Ni como soldado ni como ciudadano, podría prestarme a servir los designios personales del Dr. Velasco Ibarra, repudiado ya por la ciudadanía en términos que magistrado alguno lo hubiera sido en la historia nacional”.