Dr. Antonio Ante
Patriota quiteño nacido en Urcuquí, provincia de Imbabura, el 1 de febrero de 1771, hijo del Dr. Gaspar Ante y Donoso y de la Sra. Isabel López de la Flor.
Habiendo quedado huérfano de padre y madre desde los cinco años de edad, sus familiares de Ambato lo criaron y educaron en el Colegio Seminario de San Luís donde alcanzó el bachillerato, y finalmente en la Universidad de Santo Tomás, en Quito, donde en 1797 se graduó de doctor en Derecho Civil y Canónigo.
Desde muy temprana edad comprendió que el hombre y la patria no podían estar subyugados por un gobierno absolutista y abusivo; fue por eso que a los veintisiete años de edad -en Quito-, cuando ya era uno de los letrados más notables de su tiempo, se convirtió también en un ardoroso predicador de la insurrección, poniendo todo su esfuerzo y talento para enfrentar al gobierno que entonces gobernaba la Audiencia de Quito.
Por ese tiempo -conociendo que Napoleón había invadido España e impuesto como soberano a su hermano José Bonaparte- escribió y publicó un inflamatorio folleto lleno de fervor patriótico titulado “Clamores de Fernando VII”, en el cual reclamaba por la invasión francesa y defendía los derechos del monarca destituido.
Posteriormente asistió a casi todas las reuniones clandestinas que se celebraron en casa de doña Manuela Cañizares, y en la histórica noche del 9 de agosto de 1809 fue elegido por los miembros de la Junta Soberana para ser el encargado de entregar al Conde Ruiz de Castilla, Presidente de la Real Audiencia de Quito, el documento por medio del cual se le comunicaba que había cesado en sus funciones.
“Ruiz de Castilla recibióle con aspereza; mas en viendo que el sobrescrito decía: La Junta Soberana, al Conde Ruiz, ex-Presidente de Quito, se decidió a leer el contenido, que no era otro que el relato de la transformación operada aquella noche”
(C. Destruge.- Album Biográfico Ecuatoriano, tomo I, p. 160).
Luego del cambio político que se produjo como consecuencia de la Revolución del 10 de Agosto de 1809, concurrió como Diputado del pueblo a la segunda Junta de 1810; desgraciadamente el movimiento quiteño no pudo lograr su objetivo, y poco tiempo después todos los complotados fueron capturados y encarcelados. Para su fortuna, él fue uno de los pocos que lograron escapar de la prisión, gracias a lo cual se salvó de ser otra de las víctimas del Asesinato de los Patriotas Quiteños, el 2 de agosto de ese mismo año.
Se incorporó entonces al ejército organizado por el Crnel. Carlos Montúfar, y el 25 de julio de 1812 participó valerosamente en la batalla de San Miguel de Chimbo, cerca de Guaranda, donde derrotaron a las tropas realistas del Crnel. Arredondo. Desgraciadamente, el 2 de septiembre sufrieron un terrible descalabro a manos del Crnel. Toribio Montes, en la batalla de Mocha, cerca de Ambato.
Como nuevo Presidente de la Audiencia de Quito, el Gral. Montes buscó una política reconciliadora con los quiteños, gracias a lo cual el Dr. Ante pudo permanecer tranquilo en espera de una nueva oportunidad para continuar la lucha; esta situación no duró mucho, pues en 1817 Montes fue reemplazado por el Gral. Juan Ramírez, quien desató una nueva campaña persecutoria contra los quiteños, por lo cual tuvo que esconderse nuevamente.
Planeó entonces nuevas acciones revolucionarias, y en 1818 preparó y dirigió una conspiración destinada a asesinar a todos los españoles residentes en Quito, pero ésta fue descubierta a tiempo por el presidente Ramírez, quien personalmente dirigió la persecución en su contra hasta capturarlo poco tiempo después en su casa.
Herido y engrillado fue enviado -junto a su hijo José María, que era menor de edad- a la prisión que los españoles tenían en Ceuta, Africa, donde para poder subsistir tuvieron que aprender los oficios de sastrería y zapatería.
Luego de varios y penosos años logró escapar de Ceuta y volvió a Quito, siendo uno de los pocos héroes del 10 de agosto de 1809 que logró ver la patria libre, pues los otros murieron en el destierro, en la masacre del 2 de agosto de 1810, o fueron fusilados.
Años más tarde asistió como Diputado por el departamento de Quito a la Primera Constituyente que, convocada por el Gral. Juan José Flores, se reunió en la ciudad de Riobamba el 14 de agosto de 1830, y también estuvo presente en el Congreso Ordinario que se instaló el 10 de septiembre de 1833.
El Dr. Antonio Ante -ejemplo para las generaciones- permaneció al servicio de la patria hasta el día de su muerte, ocurrida en Quito el 20 de diciembre de 1836 (El Dr. Rodolfo Pérez Pimentel sostiene que murió en una hacienda de su propiedad, cercana a Otavalo, el 18 de octubre de ese mismo año).