Dr. Jerónimo Carrión
Destacado repúblico nacido en el pujante cantón Cariamanga -al sur de la provincia de Loja- el 6 de julio de 1801, hijo del Sr. José Benigno Carrión Ludeña y de la Sra. María Josefa Palacio y Escudero.
Realizó sus primeros estudios en la ciudad de Loja y más tarde los continuó en Cuenca y Quito donde el 24 de mayo de 1822 le tocó vivir y presenciar los gloriosos momentos de la Batalla del Pichincha que selló de manera definitiva la independencia de nuestra patria. Luego de obtener el título de Doctor en Jurisprudencia, al tiempo que se dedicaba al ejercicio de su profesión empezó a interesarse en los problemas políticos del nuevo Estado ecuatoriano y sobre todo en la carta política dictada por la Primera Constituyente que se reunió en Riobamba a partir del 14 de agosto de 1830.
Consciente de su responsabilidad ciudadana y ante las transformaciones que vivía el Ecuador luego del triunfo de la Revolución Marcista que en 1845 puso fin a la dominación del Gral. Juan José Flores, ingresó a la vida pública y política asistiendo como Diputado a la Convención Nacional de 1845 que se reunió en Cuenca, donde obtuvo gran notoriedad por sus acertadas intervenciones. Al año siguiente fue llamado por el gobierno del Dr. Vicente Ramón Roca para desempeñar el cargo de Gobernador de la provincia del Azuay, a la que sirvió con verdadero desinterés y patriotismo.
Gracias a su acertada actuación en dichos cargos públicos, su nombre adquirió gran prestancia política por lo que en 1856 fue nombrado Vicepresidente de la República durante el gobierno del Gral. Francisco Robles, funciones que desempeñó hasta mayo de 1859 en que, propiciada por García Moreno, se formó en Quito una mal llamada “Junta de Notables” que desconoció al gobierno acusándolo de haber violado la Constitución. Fue entonces llamado para formar parte de un Gobierno Provisorio nombrado por dicha “Junta”, que estuvo integrado además por el Dr. Pacífico Chiriboga y, lógicamente, por el propio García Moreno.
En 1865, gracias al respaldo que García Moreno le brindó desde el gobierno, triunfó en las elecciones presidenciales sobre otros candidatos de gran valía como José María Plácido Caamaño, Miguel Heredia, Mariano Cueva y Manuel Gómez de la Torre. De esa manera, el 7 de septiembre de ese mismo año asumió la primera magistratura del país.
“Se ha dicho que García Moreno lo escogió para hacer de él un biombo detrás del cual pudiera seguir mandando; pero no es verdad. Aunque débil en sus procedimientos fue Carrión muy personal en sus actuaciones”
(A. Rumazo G.- Gobernantes del Ecuador).
A principios de 1866 y como consecuencia de la descomedida actuación de la Escuadra Naval Española, que luego de bombardear Valparaíso se situó amenazante frente a las costas del Callao, nuestro país formó alianza con Chile y Perú y le declaró la guerra a España.
“La junta popular de Guayaquil, reunida con motivo de la escandalosa agresión española, el 20 de abril del año indicado, formuló un acta cuyo artículo 6to. es del siguiente tenor:
El pueblo Guayaquileño se enorgullece de que el Exmo. Sr. Jerónimo Carrión, Presidente de la República, y el Sr. Ministro Sr. Manuel Bustamante, se hayan adherido al tratado de alianza celebrado entre Chile y Perú, para defender la Causa Americana.
El señor Carrión adquirió, pues, justa celebridad, con este acto de política americana; y su nombre se distinguió y fue aclamado en las repúblicas aliadas; habiendo llegado a merecer el grado de General de División, que le fue conferido por el gobierno chileno, y una medalla de gran precio, con la que fue condecorado por la República del Perú…”
(Camilo Destruge.- Album Biográfico Ecuatoriano, tomo II p. 14).
A pesar de no haber costado mucho en hombres o dinero la antedicha contienda, al distraerla de sus objetivos nacionales retardó los pasos de la administración pública.
“La acción del gobierno de Jerónimo Carrión se vio interrumpida no sólo por el conflicto bélico a raíz de la guerra del Pacífico y por el peso de la anterior administración, sino por una gran oposición hacia las actuaciones de su ministro, Manuel Bustamante, que se destacaba por su capacidad y amplia tolerancia política, lo cual era inadmisible para el garcianismo”
(Alfredo Pareja Diezcanseco.- Ecuador: Historia de la República, tomo IV, p. 24).
Fue así que, al instalarse el Congreso de 1867, los legisladores de la oposición -cumpliendo consignas garcianas- desataron una violenta campaña destinada a provocar la separación del ministro Bustamante, al que luego de acalorados debates obligaron a renunciar. Un mes más tarde, “…volvió a denunciarse en el Congreso que el presidente Carrión mantenía con Bustamante conversaciones tendientes a un arreglo poco decoroso de la mayoría parlamentaria con el gobierno. Ante la evidencia de la acusación renunció el mencionado Gabinete formado por Rafael Carvajal, Manuel Ascázubi y Bernardo Dávalos, al igual que funcionarios de la administración…”
(Eduardo Muñoz Borrero.- En el Palacio de Carondelet, p. 143).
Lamentablemente y a pesar de las buenas intenciones del gobierno, en los últimos meses de 1867 ya era incontenible la oposición que le hacían desde las cámaras y los círculos obedientes a la influencia garciana. Entonces, el general Julio Sáenz, comandante militar de la guarnición de Quito, se le acercó y le dijo: “Excelentísimo señor, manda a decirle el señor García Moreno que renuncie usted inmediatamente a la presidencia”
(Abelardo Moncayo.- “Añoranzas”, Talleres Tipográficos Nacionales, Quito 1923, p. 373).
Finalmente, imposibilitado para gobernar debido a las presiones políticas y a la terrible oposición que su gobierno sufría por parte de los legisladores, el 6 de noviembre de 1867, luego de veintidós meses de gobierno, el Dr. Jerónimo Carrión envió al Congreso su renuncia.
A pesar de los problemas y conflictos nacionales y extranjeros que le tocó vivir, su gobierno pudo llevar a cabo importantes realizaciones: Se fundó en Riobamba el Colegio Pedro Vicente Maldonado, se aceptó y decretó la creación del Himno Nacional del Ecuador, se impulsó la agricultura en la provincia de Tungurahua, se emprendió la construcción de importantes vías de comunicación, y se expidieron varios decretos de carácter económico y social.
Retirado a la vida privada, el Dr. Jerónimo Carrión se mantuvo alejado de la política nacional hasta el día de su fallecimiento ocurrido en Quito el 5 de mayo de 1873.