Dr. José Antonio Falconí Villagomez
Poeta y médico guayaquileño nacido el 26 de mayo de 1894, hijo del Dr. Antonio Falconí Falconí y de la señora Carmen Amelia Villagómez Andrade.
Todos sus estudios los realizó en su ciudad natal, la primaria en el «San Luis Gonzaga» y la secundaria en el Colegio Vicente Rocafuerte donde obtuvo el título de Bachiller. Ingresó entonces a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, donde luego de varios años de estudios obtuvo el título de Doctor.
Empezó a publicar sus primeros poemas en el año 1910, en los Lunes Literarios del recién fundado diario «El Guante», en el que también aparecían publicados los de Wenceslao Pareja y Pareja, César Borja Cordero, y otros que dieron lustre a la poesía ecuatoriana. Posteriormente, en 1913 escribió también para los Jueves Literarios de El Telégrafo, donde aparecieron «poemas raros» como «Espinas», «Amo las Flores Raras», y otros que asustaban a quienes leían esa columna literaria y no esperaban encontrarse con composiciones tan atrevidas y absurdas. Ese mismo año publicó «El Poema de las Ranas», dedicado a su amigo el poeta Francisco J. Falquez Ampuero.
En 1920 triunfó en los Juegos Florales Universitarios celebrados para conmemorar el primer centenario de la independencia de Guayaquil; dos años más tarde viajó a Alemania donde siguió varios cursos de especialización médica en las universidades de Hamburgo y Berlín, y luego pasó a París, Francia, donde asistió a diferentes seminarios sobre tuberculosis, clínica infantil, parasitobiología tropical, y otras ramas de la medicina.
Volvió a Guayaquil en el año 1926 para dedicarse de inmediato al ejercicio de la medicina, pero sin descuidar su trabajo literario. Diez años más tarde fue nombrado profesor de literatura y castellano del Colegio de Señoritas Guayaquil, y para facilitar su enseñanza publicó en 1938 un libro de texto titulado «Apuntes de Literatura y Castellano». Entre 1938 y 1946 publicó importantes ensayos, crónicas y notas de carácter científico e investigativo relacionados con la medicina, y en 1952 volvió sus inquietudes hacia el desarrollo poético-cultural, editando un magnífico ensayo titulado «El Movimiento Modernista de la Poesía Guayaquileña».
En 1953 fue designado Miembro de Número de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, y posteriormente editó varias publicaciones con sus poesías; tal es el caso de «El Jardín de Lutecia», «El Surtidor Armónico», y un ensayo titulado «Los Precursores del Modernismo en el Ecuador: César Borja y Francisco Falquez Ampuero».
En 1964 fue condecorado con la Orden Nacional Al Mérito, y un año después la Municipalidad de Guayaquil le confirió la Medalla de Oro al Mérito Literario.
En 1967, a los 73 años de edad, murió en su ciudad natal a causa de una grave enfermedad.