Dr. Vicente Piedrahíta
Diplomático, publicista, político y abogado nacido en Daule el 5 de abril de 1834, hijo del patriota y prócer colombiano don José María Piedrahita y la dama guayaquileña doña Juana Carbo y Noboa.
Luego de recibir sus primeras letras en la ciudad de Guayaquil, viajó a Quito donde cursó estudios secundarios en el Convictorio de San Fernando, y finalmente pasó a la Universidad Central donde obtuvo el título de Doctor en Jurisprudencia.
Ya por esa época el Ecuador había empezado a sentir las primeras transformaciones que se produjeron a raíz de la Revolución Marcista que en 1845 puso fin a la dominación floreana, y el gobierno civilista de Vicente Ramón Roca le ofrecía al país nuevos y mejores horizontes sociales y políticos.
Fue así como -a finales de 1850- hizo su aparición en la política apoyando a la candidatura presidencial de su tío abuelo don Diego Noboa, para lo cual, con Sixto Juan Bernal, editó y mantuvo en Guayaquil el periódico semanal «El Progreso». Noboa resultó electo Presidente de la República, pero sólo pudo gobernar desde febrero hasta septiembre de 1851, pues el Gral. José María Urbina, mediante incruento golpe de estado, derrocó al gobierno constitucional y proclamó su dictadura.
Hizo entonces oposición al gobierno de Urbina y más tarde también al del Gral. Francisco Robles, hasta que a mediados de 1859 se inició ese negro período de anarquía política y desgobiernos que caracterizaron a esa época. A partir de agosto de 1860 tuvo destacada participación en la Batalla de Guayaquil, y el 24 de septiembre, al frente de un grupo del batallón Babahoyo fue el primero en penetrar en la Plaza de San Francisco, para de inmediato intervenir en la toma del Fuerte de La Planchada. Terminada la campaña con el derrocamiento del Gral. Guillermo Franco -que se había proclamado Jefe Supremo-, por su valor y heroísmo fue premiado con la condecoración «Arrojo Asombroso».
Al poco tiempo, el nuevo Jefe Supremo, Dr. Gabriel García Moreno, lo nombró Encargado de Negocios del Ecuador ante el Gobierno de Chile, donde gracias a su gran talento y habilidad diplomática logró que el Presidente de dicho país apoye la tesis ecuatoriana para reprimir las aspiraciones bélicas peruanas, en su intento de invadir el Ecuador.
En septiembre de 1862 y ya como Presidente Constitucional, García Moreno lo nombró Gobernador de la Provincia del Guayas, y desde ese elevado cargo reprimió el contrabando, defendió la libertad de expresión e hizo frente, durante la guerra con Colombia, a la insurrección de los emigrados colombianos y peruanos que residían en Guayaquil.
En enero de 1864 renunció a las funciones de Gobernador, y en julio fue nombrado Ministro Residente en Santiago de Chile, donde volvió a recibir el arbitraje de aquel país determinando el derecho ecuatoriano, esta vez frente a las pretensiones limítrofes colombianas. Desde el 12 de noviembre de ese mismo año asistió como Plenipotenciario del Ecuador al Congreso Americano reunido en Lima. Al parecer, fue entonces que descubrió en la Legación Colombiana de dicha ciudad los documentos relacionados con el Protocolo Pedemonte-Mosquera, que entonces fueron considerados de primordial importancia para la defensa de los derechos territoriales del Ecuador, aunque tanto Colombia como el Perú siempre negaron su existencia.
Entonces, una vez más brilló en dicho congreso por su envidiable talento y erudición, por lo que fue honrado con especiales deferencias por parte de los ilustres estadistas que asistieron a dicha conferencia. Poco tiempo después, por no haber presentado oficialmente sus Cartas Credenciales ante el gobierno peruano, el Ministro ecuatoriano, Dr. Pablo Herrera, lo destituyó en abril de 1865.
Inmediatamente y buscando ampliar sus conocimientos, viajó a Europa y Asia donde permaneció por tres años, y a su regreso, en 1868 fue precandidato a la Presidencia de la República. En noviembre de 1873 García Moreno lo nombró Ministro Plenipotenciario en Lima, y en dicha ciudad inició conversaciones con el Canciller peruano, Sr. Riva Agüero, para buscar soluciones a los problemas limítrofes entre los dos países. Regresó en noviembre de 1875, cuando ya en Quito se había perpetrado el Asesinato de García Moreno.
Por sus dotes políticas, rectitud, honorabilidad y elevados principios, en 1878 fue nuevamente precandidato a las elecciones presidenciales para el período constitucional que seguiría al del Gral. Ignacio de Veintemilla, pero fue misteriosamente asesinado en la noche del 4 de septiembre, mientras descansaba de las labores agrícolas a las que se había dedicado en su hacienda «La Palestina», a orillas del río Daule.
El gobierno de Veintemilla fue acusado directamente de este crimen, y aunque desde el principio se señaló a los culpables, jamás se pudo comprobar nada, pues al igual que en el caso del Obispo de Quito, Monseñor José Antonio Checa y Barba, la labor de la justicia resultó ineficaz.
Su cadáver está sepultado bajo uno de los altares de la Iglesia Matriz de Daule.