Liut Elia
Piloto de aviación nacido en Pordenone, provincia de Fiume Veneto, en Italia, el 6 de marzo de 1895.
Luego de ser reconocido como héroe de la Primera Guerra Mundial, y de haber sido condecorado por el Rey de Italia, S.M. Víctor Manuel III, llegó al Ecuador en el año 1920 y fue contratado por el periodista y pionero de la aviación, don José Abel Castillo, para que piloteara el avión “El Telégrafo I”.
A mediados de 1920, la Junta pro Celebración del Centenario de la Independencia de Cuenca acordó con el Sr. Castillo la contratación del avión El Telégrafo I para que realizara algunos vuelos sobre la ciudad, con el propósito de dar brillo a dichas festividades. El avión debía viajar en tren hasta la estación de Huigra, y luego ser transportado en partes por cincuenta indios hasta la ciudad de Cuenca.
“A esta forma inusitada de viaje se opuso naturalmente el aviador y hubo de vencer la dura resistencia del Sr. José Abel Castillo, propietario del pequeño biplano y director, entonces, de diario “El Telégrafo”, de Guayaquil, quien no quiso al comienzo de aquellas curiosas gestiones “ni oír” que Elia Liut volase de Guayaquil a Cuenca por los peligros que podría encontrar en aquella travesía aérea, mas, Liut venció y voló” (Antonio Lloret Bastidas.- Cuencanerías, p. 234).
El vuelo estaba planificado para el día 3 de noviembre, fecha del centenario, pero ese día, a pesar de los intentos realizados no pudo sobrevolar la cordillera debido al mal tiempo reinante, por lo cual regresó a Guayaquil para al día siguiente intentar la hazaña nuevamente. Fue entonces que, gracias a su valor e iniciativa, el 4 de noviembre de 1920, al mando de dicho avión se convirtió en el primer hombre que cruzó los Andes ecuatorianos por aire, volando de Guayaquil a Cuenca en el tiempo de una hora y media. A su llegada la ciudad lo llamó “El Cóndor Andino”, y por decisión del Cabildo lo nombró “Hijo Adoptivo”.
“Cuenca me recibió con los brazos abiertos y en esa noble ciudad recibí atenciones y agasajos que no pueden ser descritos. Desde lo más granado de su sociedad, hasta las clases populares me convirtieron en una especie de ídolo suyo. Oficialmente fui proclamado “Cóndor de los Andes”, el más grato título, aun así de honorífico, que yo había podido tener en mi vida. Se hicieron colectas populares para poder ofrecerme sumas de dinero que yo no las quise aceptar para mí. Yo estaba abrumado por esas atenciones, pero en medio de ellas me dedicaba a pensar que no debía ni tenía que dejarme estar como dormido entre los laureles. Era preciso que siguiera adelante, como lo hice”.
En efecto, pocos días más tarde, el 19 de noviembre, su compañero y mecánico Ferruccio Guicciardi voló de Cuenca a Riobamba, y el día 28, nuevamente Liut se elevó, esta vez desde Riobamba, para de manera triunfal llegar a Quito y completar el primer vuelo aéreo sobre los Andes ecuatorianos.
Su arribo a la capital causó una gran conmoción popular, el recibimiento que el pueblo congregado en Iñaquito le ofreció fue soberbio. La muchedumbre lo proclamó “Cóndor de los Andes” y gracias a su hazaña el gobierno se decidió a la creación de una escuela de aviación.
En efecto, en 1922 fue nombrado piloto instructor de la primera Escuela de Aviación Militar, establecida e inaugurada ese mismo año en Durán, frente a Guayaquil, con el nombre de “El Cóndor”.
Posteriormente se radicó en la ciudad de Quito donde vivió hasta el día de su muerte, ocurrida el 12 de mayo de 1952.