Lemus Rayo Faustino
Militar colombiano nacido en Roldanillo, departamento del Cauca, en el año 1836, hijo del Sr. José Lemus y de la Sra. María Rosa Rayo (A pesar de que su apellido era Lemus, la historia sólo ha hecho eco del apellido Rayo para cumplir, de alguna manera, con el vaticinio de que a García Moreno sólo lo mataría un rayo).
Desde muy joven se trasladó a vivir en el Ecuador, y luego de adoptar esta nacionalidad, desde 1858 empezó a militar bajo la influencia y bandera de García Moreno.
«…es hombre valiente, leal, de mucha confianza, y García Moreno se vale de él para el desempeño de comisiones difíciles que no se pueden encomendar a cualquier persona… Pelea en Guaspud contra su patria de nacimiento, en diciembre de 1863, con el grado de capitán y al lado del general Flores: se porta con indudable valor, hace frente al enemigo hasta el último momento y cae prisionero… Para García Moreno, Rayo es por esa época «Hombre terrible por su valor y sus hechos». Por su audacia es el encargado de llevar al destierro a muchos conspiradores… (W. Loor.- García Moreno y sus Asesinos, p. 160).
En 1865 -al terminar el primer gobierno de García Moreno-, para evitar retaliaciones políticas se trasladó al oriente para dedicarse a sus negocios de comercio entre Quito y esa región que se encontraba casi abandonada, y donde permaneció hasta 1871 en que volvió a la capital para trabajar en un taller que tenía en su casa.
Por esa época García Moreno ocupaba nuevamente la Presidencia de la República, pero ya se había alejado y enemistado con él.
Posiblemente nunca se sepan las verdaderas razones de su participación en el sangriento crimen del 6 de agosto de 1875, en Quito. Algunos historiadores sostienen que se debió a que el Mandatario mantenía relaciones íntimas con su esposa; otros aseguran que fue debido a problemas de carácter económico, que García Moreno no le quería cancelar; finalmente hay quienes aseveran que para mantenerlo lejos de Quito, García Moreno lo confinó al oriente impidiéndole venir a la capital.
Consumado el Asesinato de García Moreno, y mientras intentaba la huida, fue capturado por el Tnte. Buitrón y el Sgto. Rodríguez, pertenecientes al Cuartel Militar que existía a sólo cincuenta pasos del lugar donde se había perpetrado el crimen. Cruzando la Plaza de la Independencia apareció de pronto el Cap. Barragán, quien arrebatándoles al prisionero lo llevó hasta una esquina un poco apartada, donde se presentó el cabo Manuel López quien le disparó a quemarropa un tiro que acabó con su vida.
Este hecho confirma de alguna manera que el Cuartel Militar, que estaba bajo el mando del Gral. Francisco Javier Salazar, era parte del complot o al menos sabía de él, pues a más de no acudir en ayuda del mandatario, con la muerte violenta de Rayo se impidió que éste pudiera hacer declaraciones que hubieran podido comprometerlos.