Galo Plaza Lasso
Nació en la ciudad de New York (USA), el 17 de febrero de 1906, en circunstancias en que su padre -el Gral. Leonidas Plaza Gutiérrez- desempeñaba el cargo de Ministro Plenipotenciario del Ecuador en dicho país. Inmediatamente fue inscrito en la Embajada ecuatoriana, por consiguiente, y contra la opinión de sus opositores, fue ecuatoriano por nacimiento. Su madre fue la Sra. Avelina Lasso Ascázubi.
Realizó sus primeros estudios en la ciudad de Quito: La primaria en la acreditada escuela del Dr. Pedro Borja y la secundaria en el Colegio Nacional Mejía donde en 1925 obtuvo el título de Bachiller. Posteriormente viajó a los EE.UU. para estudiar Agricultura y Economía en las universidades de California y Maryland, y Derecho Internacional en la de Georgetown.
Inició su vida pública en el año 1930 cuando el gobierno del Dr. Isidro Ayora lo nombró Agregado Civil a la Legación del Ecuador en Washington, donde permaneció hasta el año siguiente en que volvió para hacerse cargo de las propiedades agrícolas y ganaderas de su madre.
“Fue allí donde Galo Plaza puso en práctica no solamente sus conocimientos agrícolas adquiridos en las universidades y granjas norteamericanas, sino que inició con éxito su identificación y afectuoso conocimiento de las clases trabajadoras rurales del Ecuador, en especial de la comunidad indígena de sus propiedades de la sierra andina. Introdujo la mecanización agrícola y nuevos métodos de cultivo, importó en gran escala ejemplares de ganado vacuno para mejorar las razas criollas e incrementar espectacularmente la producción lechera…”
(Miguel Albornoz.- Revista Diners No. 63, Ag. 1987).
En 1935 se afilió al Partido Liberal Radical y poco tiempo después fue elegido Consejero Municipal de Quito. Más tarde, entre 1938 y 1939 fue Presidente del Concejo (Alcalde), cargo desde el cual realizó una labor administrativa de verdadera visión futurista, con la que pudo sentar las bases para el desarrollo del Quito actual, impulsando además el plan regulador y reorganizando las finanzas municipales de modo tan acertado, que en poco tiempo logró duplicar sus ingresos y presupuesto.
Entre 1938 y 1940 fue Ministro de Defensa durante los gobiernos del Dr. Aurelio Mosquera Narváez y el de transición del Dr. Andrés F. Córdova. Consumada la Revolución del 28 de Mayo de 1944, el gobierno del Dr. José María Velasco Ibarra lo nombró Embajador del Ecuador en Washington, y un año más tarde, gracias a su habilidad diplomática llegó a ser dirigente del bloque latinoamericano, tanto en la histórica Conferencia de Chapultepec (México) como en la Conferencia Mundial de San Francisco (USA), en la cual se creó las Naciones Unidas.
En 1946, por discrepancias con el Dr. Velasco Ibarra, “quien no creía en la democracia”, renunció a su cargo en Washington y volvió a Quito. Al año siguiente «serví a mi provincia de Pichincha como Senador, hasta que llegó el año de 1948, año de las elecciones presidenciales y con poca diferencia de votos con el candidato contrincante (Dr. Manuel Elicio Flor), fui elegido Primer Magistrado para un período de cuatro años»
(En el Palacio de Carondelet, p. 525).
Su gobierno, que se inició el 1 de septiembre de 1948, se caracterizó por el ambiente de paz, libertad y tranquilidad que vivió el país, y porque todo se hizo a base de planificación y orden.
«Deseoso de tecnificar su administración, Plaza recurrió, en cuanto le fue posible, a la asesoría de los organismos internacionales, tanto panamericanos como mundiales. Numerosísimos expertos de diversas nacionalidades llegaron entonces al país, enviados por el Fondo Monetario Internacional, por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y por el Eximbank; así mismo, la FAO, el UNICEF, la OMS, la UNESCO, la CEPAL, la OEA, etc., enviaron sus técnicos, que recorrieron el país de un extremo a otro y cuyos informes sirvieron de punto de partida para la planificación que el gobierno de Plaza proyectaba. De particular interés fue el completo informe económico, el primero de carácter integral que se intentaba en el país, realizado por la CEPAL».
(Jorge Salvador Lara.- El Ecuador, de 1944 a 1960; Historia del Ecuador, Tomo 7 p. 141 – Salvat).
A sugerencia de su Ministro de Economía, Sr. Clemente Yerovi Indaburu, se introdujo en el Ecuador la producción tecnificada del banano, y el programa iniciado en 1949 convirtió a nuestro país, dos años más tarde, en el mayor exportador de banano del mundo.
Antes de cumplirse el primer año de su gobierno, cuando se preparaba para presentar ante el Congreso de la República el primer informe de su gestión administrativa, un violento y terrible terremoto azotó -el 5 de agosto de 1949- las poblaciones de Ambato, Pelileo, Latacunga, Salcedo, Baños, Píllaro y otros pueblos vecinos. Ante la magnitud del desastre, organizó y llevó a cabo diferentes planes para la reconstrucción de las destruidas poblaciones, y asistió con prontitud a todos sus habitantes.
Entre las obras más importantes de su gobierno hay que destacar la imagen internacional que proyectó el Ecuador, el poderoso impulso que dio a la agricultura y a la economía hasta lograr que la producción exportable se duplique, manteniendo además firme el valor de la moneda para evitar que el costo de la vida suba de manera irracional; y el respaldo notable que dio a la educación creando colegios y centros educativos en las diferentes regiones del país.
Las únicas nubes que pudieron haber puesto un poco de sombra a su gobierno vinieron justamente del campo político, en el cual no era muy hábil. El «Jefe» de la oposición fue el Dr. Carlos Guevara Moreno, fundador del C.F.P., quien ayudado por el Dr. Rafael Coello Serrano «lanzaba desde la revista Momento, órgano de su partido, agudos y corrosivos ataques contra el régimen». Finalmente, gracias a la habilidad y astucia política de su Ministro de Gobierno, el experimentado jurisconsulto Dr. Andrés F. Córdova, encontró la forma legal que le permitió clausurar dicha revista y enjuiciar a los líderes del C.F.P., que fueron violentamente apresados el 15 de julio de 1950.
Al llegar el momento de iniciarse las campañas políticas para la sucesión presidencial, permitió elecciones puras y libres a las que rodeó de todas las garantías. En dichas elecciones resultó triunfador el Dr. José María Velasco Ibarra, y de acuerdo con lo establecido por la Constitución su gobierno terminó el 31 de agosto de 1952, fecha en la que entregó el poder ante el Congreso.
Al finalizar su gobierno su imagen internacional había adquirido notables proporciones, por lo que en 1958 fue nombrado Jefe del Grupo de Observadores de las Naciones Unidas para lograr la paz en el Líbano. Dos años más tarde presidió la Comisión de Naciones Unidas para conseguir el retiro de las tropas belgas del Congo, en Africa, y obtener su independencia; y posteriormente, entre 1965 y 1966 actuó como Mediador en el sangriento conflicto de Chipre. Al terminar su misión entregó un informe de recomendaciones para lograr relaciones pacíficas entre griegos y turcos; este documento es considerado hasta hoy por las Naciones Unidas como básico para la solución de los problemas entre las dos comunidades de dicha isla.
El 27 de enero de 1965, Ralph Bunche, Premio Nóbel de la Paz y Subsecretario General de las Naciones Unidas, propuso su nombre para el mismo Premio Nóbel de ese año, por su labor en favor del mantenimiento de la paz internacional, pero por decisión del Secretario General de la Organización, de manera injusta y discriminativa se resolvió que sea las Naciones Unidas quien reciba dicho premio, privando así a nuestro país y a su mejor representante de un justo y merecido reconocimiento.
Tres años más tarde fue elegido Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), función en la que actuó hasta 1975 marcando una época en que dicho organismo regional cumplió con mucho éxito sus objetivos. En esa ocasión evitó inclusive una inminente confrontación bélica entre las repúblicas de El Salvador y Honduras.
En 1977 fue designado Presidente del Tribunal Supremo Electoral que organizó el referéndum por medio del cual los ecuatorianos escogieron la Constitución bajo la cual querían ser amparados, de esta manera se facilitó el retorno al régimen de derecho, pues desde 1972 el país había sido gobernado por las dictaduras del Gral. Guillermo Rodríguez Lara, primero; y por el Consejo Supremo de Gobierno, después.
En 1981 el gobierno del Ab. Jaime Roldós Aguilera lo designó Embajador en Misión Especial ante el gobierno de Washington y la OEA, para tratar los asuntos relacionados con las agresiones que fuerzas peruanas hacían a los destacamentos fronterizos de nuestro país en las poblaciones de Paquisha, Machinaza y Mayaycu. Dos años después -y con igual nombramiento-, el gobierno del presidente Osvaldo Hurtado Larrea lo envió nuevamente a los Estados Unidos de Norteamérica para iniciar las renegociaciones de la deuda externa ecuatoriana, y en 1984, una vez más viajó a Washington como Enviado Personal del presidente Hurtado para entregar las decisiones de la Conferencia Económica, plasmadas en la Carta de Quito.
Posteriormente continuó prestando importantes servicios al país en el cumpliendo diferentes e importantes gestiones, hasta el día de su muerte ocurrida en Quito, el 28 de enero de 1987.