Gral. Flavio Alfaro
Militar y político nacido en Montecristi, provincia de Manabí, el 22 de junio de 1866.
Tenía dieciocho años de edad cuando junto a su tío Eloy combatió a la segunda dictadura del Gral. Ignacio de Veintemilla, participando en todas las batallas de la restauración hasta culminar en Guayaquil el 9 de julio de 1883, donde el dictador fue definitivamente derrotado. Instaurado el Progresismo con el gobierno del Dr. José María Plácido Caamaño, continuó luchando junto al liberalismo y participó en las campañas militares contra dicho régimen, destacándose en la batalla de Portoviejo y en el Combate Naval de Jaramijó.
Cuando estalló en Guayaquil la Revolución Liberal del 5 de junio de 1895, nuevamente tuvo lucida participación en casi todas las batallas, y luego de los triunfos de Chimbo, Socavón y Gatazo, el 4 de septiembre entró con los triunfadores en Quito, acompañando al Gral. Eloy Alfaro para que asuma el poder de la República.
Posteriormente, durante el primer gobierno del Gral. Leonidas Plaza fue llamado para desempeñar el cargo de Ministro de Guerra, pero fue destituido antes de terminar dicho gobierno por no apoyar la designación del Sr. Lizardo García como candidato oficial a la Presidencia de la República, designación a la que él también aspiraba.
En 1911 -al finalizar el segundo gobierno del Gral. Alfaro- sus simpatizantes y partidarios presentaron su candidatura presidencial, pero el Viejo Luchador había decidido que a su gobierno le seguiría un régimen civil y ya tenía los ojos puestos en la persona de don Emilio Estrada. Reclamó entonces airadamente y manifestó sus intenciones de oponerse a dicha designación, por lo que fue apresado y deportado a Panamá para evitar su participación en la lid electoral.
Poco tiempo después regresó al Ecuador y el 25 de diciembre de ese mismo año, como consecuencia del desgobierno producido por la muerte del presidente Estrada, sus partidarios se levantaron en armas contra el Encargado del Poder, Dr. Carlos Freile Zaldumbide, y lo proclamaron Jefe Supremo de Esmeraldas y Manabí. Al mismo tiempo, en Guayaquil se proclamó la Jefatura Suprema del Gral. Pedro J. Montero.
En enero de 1912, al estallar la nueva guerra civil se puso frente a sus fuerzas y junto al Gral. Montero se preparó para enfrentar al ejército del gobierno que al mando de los generales Plaza y Andrade marchaba hacia la costa para sofocar el movimiento insurgente.
Participó entonces en los sangrientos combates de Huigra, Naranjito y Yaguachidonde fue derrotado y obligado a capitular.
Luego de la firma del Tratado de Durán, se retiró a su casa para convalecer de las heridas recibidas en combate, pero a los pocos días fue traicionado y hecho prisionero por parte de los placistas y gobiernistas, que faltando a la palabra empeñada en el documento de Durán, lo embarcaron en el ferrocarril y enviaron a Quito donde fue otra de las víctimas del sangriento y cobarde Asesinato de los Héroes Liberales, perpetrado el 28 de enero de 1812.