Gral. Julio Andrade
Militar y político carchense nacido en la hacienda Gualchán -cerca de la antigua población de Puntal, hoy cantón Bolívar- el 21 de octubre de 1866, hijo del Sr. Rafael Andrade y de la Sra. Alegría Rodríguez.
Sus primeras enseñanzas las recibió de su cuñado Abelardo Moncayo -quien se encontraba escondido desde 1875 debido a su participación en el Asesinato de García Moreno-, luego de lo cual viajó a la ciudad de Quito para concluir el bachillerato en el Colegio Seminario de San Diego y en el de los jesuitas.
Desde muy joven se acogió bajo la bandera del liberalismo y tomó parte, bajo las órdenes del Gral. Ezequiel Landázuri, en varios combates para enfrentar a la segunda dictadura del Gral. Ignacio de Veintemilla; así, el 10 de enero de 1883, luego del triunfo entró a Quito con los vencedores.
Al año siguiente se graduó de Bachiller en Filosofía y Letras, e ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Quito dirigida entonces por el Dr. Carlos R. Tobar, quien al examinarlo quedó asombrado de su capacidad intelectual y se expresó de él en los siguientes términos: “...inteligente, brillante y de generoso corazón. Lástima que sea liberal”.
A fines de 1889 viajó a París para resolver ciertos asuntos familiares, y aprovechó su permanencia en dicha ciudad para asistir a varios cursos en la Sorbona y en el Colegio de Francia. Concluidos los asuntos que lo llevaron a París, en marzo de 1891 volvió al Ecuador pasando por Panamá donde visitó a don Eloy Alfaro y a su familia.
Entregado por entero a combatir al Progresismo, en 1894 se unió a Emilio María Terán junto a quien organizó varias guerrillas para desestabilizar al gobierno del Dr. Luís Cordero. Estas acciones influenciaron de manera determinante en los movimientos que culminaron en Guayaquil el 5 de junio de 1895 con el triunfo de la Revolución Liberal.
Pocos días después, cuando Alfaro llegó a Guayaquil lo nombró Jefe de Estado Mayor de la primera división de su ejército, y el 14 de agosto de ese mismo año combatió y participó en el triunfo de Gatazo.
Instaurado en el Ecuador el régimen liberal, se retiró a la provincia de Imbabura para dedicarse a las actividades agrícolas, manteniéndose alejado de la vida pública hasta 1897 en que fue elegido representante por dicha provincia a la Asamblea Nacional Constituyente.
Al año siguiente, al estallar las guerrillas conservadoras en contra del gobierno del Gral. Alfaro, al mando de una columna de voluntarios enfrentó en Guangoloma -el 31 de diciembre- a las fuerzas rebeldes de José María Sarasti y Melchor Costales. En dicho combate, a pesar de haber sido herido en una pierna, continuó en la lucha al mando de sus hombres hasta lograr el triunfo total y la consolidación del régimen liberal.
En 1900 el presidente Alfaro lo nombró Jefe Civil y Militar del Azuay: Se trasladó entonces a vivir en la ciudad de Cuenca donde se ganó el respeto y la amistad de importantes personalidades como Remigio Crespo Toral, Honorato Vásquez y otros connotados ciudadanos.
Tres años más tarde el Gral. Leonidas Plaza lo designó Ministro de Instrucción Pública, razón por la cual tuvo que alejarse de Cuenca con la satisfacción de no dejar en ella a ningún preso político, aunque ésta continuaba siendo la primera fortaleza conservadora y un grave peligro para el liberalismo. Al año siguiente fue nombrado Ministro Plenipotenciario en Colombia para tratar de arreglar los problemas fronterizos que existían entre el Ecuador, Colombia y Perú.
Durante la segunda presidencia del Gral. Alfaro continuó desempeñando importantes cargos diplomáticos: Fue Representante del Ecuador ante la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, en Holanda, y más tarde Ministro Plenipotenciario ante el gobierno de Venezuela.
A principios de 1912, al iniciarse la guerra civil que estalló a raíz de la muerte del presidente Emilio Estrada, el Encargado del Poder -Dr. Carlos Freile Zaldumbide- nombró al Gral. Leonidas Plaza como Jefe del Ejército y a él como Jefe de Estado Mayor, encargándoles de inmediato la misión de marchar hacia Guayaquil para enfrentar a las fuerzas revolucionarias de Pedro j. Montero y Flavio Alfaro, que fueron derrotadas en los campos de Huigra, Naranjito y Yaguachi, luego de lo cual, el 22 de enero, se firmó el Tratado de Durán con el que se puso punto final a la guerra civil.
A raíz del Asesinato de los Héroes Liberales su nombre fue propuesto como candidato a la Presidencia de la República, pues su figura se había hecho merecedora del respeto y el aprecio nacional, y gozaba de gran prestigio por su caballerosidad y rectitud, circunstancias éstas que aseguraban el triunfo de su candidatura.
Como hombre y militar de honor, antes de aceptar dicha postulación renunció a su cargo de Jefe de Estado Mayor, actitud que no fue imitada por el otro candidato militar, Gral. Leonidas Plaza, produciéndose de inmediato serias discrepancias entre los dos.
Ante esa incorrecta actitud, Andrade enfrentó cara a cara las pretensiones presidenciales de Plaza a quien desafió diciendo: “Mientras yo viva usted no volverá a ser Presidente del Ecuador”
En la negra noche siguiente, la del 5 de marzo de 1912, al grito de “Plaza o bala”una manifestación se acercó al cuartel de policía de Quito, que comprometido con los revoltosos también se amotinó. Andrade intentó controlar la situación, pero, en medio de la trifulca, fue asesinado por el mayor Alfredo García quien, vestido de civil y agazapado entre las sombras, le disparó un tiro en el corazón. Así, cobardemente asesinado, murió el Gral. Julio Andrade, a quien el historiador Carlos de la Torre Reyes llamó con justicia: “La Espada sin Mancha”.
Su muerte trató de ser disimulada arrojando sobre el cadáver un gran armario, por lo que esta triste página de nuestra historia es conocida irónicamente como “El Crimen del Armariazo”.
Con el camino libre de obstáculos, el Gral. Plaza resultó elegido para una segunda administración presidencial.
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