Gral. Víctor Proaño
Militar y explorador nacido en el año 1823.
Tenía sólo 11 años de edad cuando sentó plaza como soldado en una columna militar, que bajo las órdenes del Crnel. Darío Morales intervino en la Revolución de los Chihuahuas, y sirviendo en ella tuvo su bautizo de fuego en la histórica y sangrienta Batalla de Miñarica, donde las fuerzas gobiernistas del Dr. José Félix Valdiviezo -conducidas por el Gral. Isidoro Barriga- fueron vencidas por las del Gral. Juan José Flores. Esta batalla llevó al Poder Supremo al Dr. Vicente Rocafuerte.
Después de esa feroz batalla emigró con su padre a la ciudad de Bogotá, Colombia, donde ingresó al Colegio Nacional del Rosario para cursar estudios secundarios hasta alcanzar el título de Bachiller en Filosofía y Letras. Seguidamente pasó a la Escuela Militar, y luego de participar en diferentes campañas alcanzó el grado de Capitán.
Regresó al Ecuador cuando el Gral. Flores iniciaba su tercer gobierno constitucional, y para mantenerse alejado de las actividades militares, ya que sus convicciones eran contrarias a los principios floreanos, se radicó en la ciudad de Riobamba donde estableció una Escuela Normal. Posteriormente se involucró en una rebelión nacida en la provincia del Chimborazo, pero dicho pronunciamiento fue sofocado y tuvo que emigrar al Perú donde permaneció hasta 1845 en que regresó a Guayaquil para participar en la Revolución Marcista y asistir al combate de «La Elvira».
En 1850 secundó el movimiento revolucionario de Guayaquil que desconoció al gobierno del Crnel. Manuel Ascázubi y llevó al poder al señor Diego Noboa, pero más tarde, por motivos políticos tuvo que alejarse con destino a Centroamérica.
En 1852 se trasladó al Perú donde tuvo conocimientos de que el Gral. Flores preparaba una expedición para llegar al Ecuador, y convencido ingenuamente de que el objeto de la misma era restablecer el gobierno del señor Noboa -que había sido desconocido por el Gral. José María Urbina-, a pesar de las diferencias ideológicas que lo alejaban de Flores accedió a intervenir en dicha expedición y pasó a la provincia de Loja para preparar el pronunciamiento; pero fue descubierto y perseguido, por lo que tuvo que cruzar nuevamente la frontera y refugiarse en el Perú.
Volvió al Ecuador en 1860, cuando el país estaba gobernado provisionalmente por el triunvirato que integraron Gabriel García Moreno, Jerónimo Carrión y Pacífico Chiriboga. Tuvo entonces el valor de denunciar y escribir en contra de los autores de la flagelación del Gral. Fernando Ayarza, por lo que García Moreno, único culpable de dicho crimen, ordenó que fuese confinado al pueblo de Macas, en la región oriental.
Esta infeliz actuación de García Moreno no amedrentó su valeroso espíritu, por el contrario, le abrió las puertas de nuevas metas y, a pesar de no contar con los recursos necesarios, confiando sólo en sus propios esfuerzos se dedicó a explorar las extensas áreas orientales. Fue así como descubrió el río Morona, al que navegó hasta llegar al Amazonas. Más tarde organizó nuevas expediciones, exploró ríos, visitó tribus y llegó hasta la población de Iquitos, en las profundidades amazónicas.
Nuevamente en 1869 fue enviado a prisión por orden de García Moreno, y luego de varios meses de reclusión, sometido inclusive al tormento de los grillos, fue desterrado a Canelos, también en el oriente. Este nuevo confinamiento, al igual que el anterior, lejos de doblegar su espíritu lo engrandeció animándolo a realizar una nueva expedición por las regiones amazónicas. Esta vez exploró el río Pastaza y sus afluentes, bajó hasta el Atlántico, y luego de dar un inmenso rodeo por las regiones orientales, llegó a Lima, Perú, donde publicó una relación de sus exploraciones y descubrimientos.
En el ostracismo conoció sobre el Asesinato de García Moreno, pero no volvió sino hasta después de la transformación política de Guayaquil que el 8 de septiembre de 1876 puso fin al gobierno constitucional del Dr. Antonio Borrero y proclamó la Jefatura Suprema del Gral. Ignacio de Veintemilla. Inmediatamente se incorporó al ejército revolucionario que marchó hacia el interior, y asistió al combate de Galte donde fue gravemente herido y perdió una pierna.
En 1882 -cuando Veintemilla proclamó su segunda dictadura- pasó a la oposición y se puso a la cabeza de las juventudes ambateñas, y con sólo cincuenta y seis valerosos hombres logró detener a más de seiscientos soldados que trataban de tomarse la ciudad de Ambato cruzando el puente de Chambo. Luego continuó haciendo fuerte campaña hasta que por falta de recursos tuvo que abandonar el país con destino a Colombia y Panamá, donde permaneció hasta el año siguiente en que volvió a la provincia de Esmeraldas para organizar las fuerzas con las que el Gral. Eloy Alfaro hizo la campaña de Guayaquil, luego de lo cual fue nombrado Ministro de Guerra del Gobierno del Litoral.
Al año siguiente se radicó en la ciudad de Lima, Perú, donde vivió hasta el día de su fallecimiento ocurrido el 26 de junio de 1893.