Kaviedes Iván

Futbolista nacido en Santo Domingo de los Colorados, provincia del Pichincha  el 24 de octubre de 1977.

Creció en la tierra de los colorados, en el barrio del parque de La Madre, bajo los cuidados de sus abuelos, Benjamín Llorenty y Francia Méndez, quienes se dedicaban a trabajar en la hacienda de su propiedad y se encargaron de su formación; pues sus padres, Jaime Iván y Juanita, fallecieron en un accidente automovilístico cuando él tenía seis años de edad.



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Le dicen «Nine», porque cuando tenía siete años de edad llegó a su tierra, Santo Domingo, un grupo de norteamericanos que le regalaron camisetas de fútbol  para un torneo sub 12. Ya por entonces, Kaviedes la «rompía» y lucía orgulloso una camiseta número 9, que en la parte superior de la espalda decía: Nine (nueve en inglés). Iván hizo un golazo y a alguien se le ocurrió preguntar quién lo había anotado, como nadie lo conocía por su nombre, todos empezaron a decirle Nine y desde entonces ése es su seudónimo.

Estudió en la Escuela Pío XII de su ciudad natal donde junto con sus compañeros aprovechaba los recreos para jugar vibrantes cotejos de fútbol. Esos primeros pasos le permitieron participar en el campeonato de segunda categoría de Santo Domingo, donde permaneció hasta 1993 en que llegó a Guayaquil para estudiar en el Liceo Cristiano. Al año siguiente buscó una oportunidad en las inferiores de Emelec, donde su fútbol sutil pero contundente llamó poderosamente la atención de los dirigentes millonarios, que de inmediato lo ficharon para el club.

No es guayaquileño de nacimiento. Pero se consagró como tal al iniciar su carrera como futbolista profesional en el Club Sport Emelec. Su llegada al fútbol guayaquileño marcó un cambió e inició una leyenda que será contada de generación en generación.

El fenómeno Kaviedes  empezó en 1998, cuando nadie apostaba al talento de un muchacho “flaquito”, aunque espigado (1.83 m). El Nine destruyó el mito de que sólo los delanteros corpulentos eran eficaces.  Con su característica frialdad solía expresar que uno de sus sueños era batir el récord impuesto desde 1975 por  Angel  “El Tano” Liciardi, que marcó 36 goles en una temporada del Campeonato Ecuatoriano. El “Flaco” enamoró a la hinchada y a sorprendió hasta los más duros críticos. No sólo igualó el récord el 6 de diciembre de 1998, sino que  lo sobrepasó, marcó 37 goles. Ese fue el comienzo de la Kaviedesmanía”.

En total marcó 43 goles  y se inscribió en las estadísticas de la Federación Internacional, que el 11 de enero -en  Rotemburgo de Fulda, Alemania- lo premió e incluyó en los records mundiales.

En Ecuador  los premios y el asedio periodístico se multiplicaron.

Reconocimientos por parte de la prensa y hasta un acuerdo de felicitación del Honorable Congreso Ecuatoriano.

Pronto su fama de goleador cruzó el Atlántico y varios equipos europeos pretendieron su pase. Su traspaso al fútbol italiano fue histórico: US/: 525.000 dólares pagó por su fichaje el A.C Perugia y quedó registrado  como el primer jugador ecuatoriano en participar en el “calcio” italiano.

Sus primeros partidos con la camiseta del Perugia fueron muy auspiciosos e inclusive marcó algunos goles de gran factura, pero posteriormente el director técnico del equipo prefirió banquearlo y solo le permitía entrar a la cancha por algunos minutos; parecía que el entrenador quería boicotear la presencia del ecuatoriano en el equipo. A pesar de ello, Kaviedes supo aprovechar la temporada para asimilar las enseñanzas y las técnicas del fútbol italiano y pronto fue traspasado al fútbol español, para integrar la plantilla del Celta de Vigo, donde ha pesar de sus cualidades no tuvo la oportunidad de mostrarse: Pero en Europa siempre hay buscadores de talentos, y para la temporada del 2000 fue contratado para jugar en Portugal, en uno de los equipos más importantes de Europa: el Benfica.

Su participación en la selección del Ecuador, durante las eliminatorias para el mundial de Japón-Korea 2000, fue determinante para la clasificación ecuatoriana, y fue precisamente él quien marcó el gol de la clasificación, frente a la selección de Uruguay.



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Para entonces, luego de una corta permanencia en México fue transferido al Valladolid de España, de donde pasó luego al Celta de Vigo, y en el 2003 fue transferido al Puebla de México.

En el 2004, luego de un corto paso por el Barcelona de Guayaquil, fue transferido al Crystal Palace de la Liga Premier de Inglaterra.