Rodríguez José María
Destacado músico cuencano nacido por el año 1847.
El hecho de haber quedado huérfano desde temprana edad marcó una profunda huella de tristeza en el alma del niño, que sólo pudo ser distraída por la sublime atracción que sentía por la música, por lo que diariamente acudía al viejo piano que, adormecido en un rincón de su casa, se convirtió en su confidente y amigo.
Poco a poco aprendió, en la soledad de su tristeza, a interpretar en el piano, con sensible dulzura, bellas melodías y sentidas notas del folklore nacional; y posteriormente, cuando su habilidad y talento se desarrollaron hasta casi alcanzar la perfección, interpretó también las obras clásicas de los grandes maestros.
Parecía como si el destino se hubiera ensañado con él, pues luego de haber vivido una infancia triste, en las dos ocasiones que buscó la compañía de una esposa para formar un hogar, sufrió el inmenso dolor de perderlas por causa de la muerte.
Desesperado y abatido buscó en la música el desahogo para su gran tristeza, y compuso notables obras musicales de género clásico, como «Stabat Mater» y «Mi Llanto en los Bosques».
Con el paso de los años su secuela de dolor continuó con la muerte de sus hijos, lejos de él, hasta que su corazón cansado no pudo soportar más los sufrimientos, y lentamente fue dejando de latir.
Hoy, en su homenaje, el Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de Cuenca lleva su nombre: José María Rodríguez.