José María Vargas

Religioso e historiador nacido Chordeleg, provincia del Azuay, el 9 de noviembre de 1902; hijo del Sr. Luis Vargas Jara y de la Sra. Dolores Arévalo Marín.

Sus estudios primarios los realizó en su lugar natal, en la Escuela de los Hermanos Cristianos; pero cuando tenía 12 años de edad fue enviado a Quito para continuarlos en el colegio San Luis Beltrán de los padres dominicos.

Sintiendo el llamado de su vocación religiosa, en 1917 ingresó inició el noviciado y cuatro años más tarde vistió ya los hábitos de su comunidad{ finalmente, el 28 de diciembre de 1928 fue ordenado sacerdote, iniciando ese mismo día una abnegada y sacrificada vida evangelizadora dedicada a dar educación y asistencia espiritual a los más necesitados, especialmente a los indígenas de nuestra región oriental.

Por esa época, para complementar sus conocimientos leía también, con gran interés, los documentos y la historia religiosa. Fruto de largas horas de lectura e investigación publicó una biografía de Fray Pedro Bedón, y otra sobre Fray Domingo de Santo Tomás, que le sirvió de discurso para ingresar a la Academia Nacional de Historia.

Durante muchos años alternó su misión evangélica en el oriente con algunos períodos en Quito donde se dedicó con ahínco a investigar en los archivos la historia antigua de nuestro país y especialmente la de las misiones religiosas que colonizaron nuestra amazonia; pudo así publicar importantes obras como «La Cultura del Quito Colonial», «Nuestra Señora del Quinche», «Arte Quiteño Colonial», «La Misión Científica de los Geodésicos Franceses en Quito», «La Conquista Espiritual del Imperio de los Incas», «Ecuador: Monumentos Históricos y Arqueológicos», «La Conquista Espiritual y Organización de la Iglesia Indiana Durante el Gobierno de Carlos V», «Gil Ramírez Dávalos: Fundador de Cuenca», «Don Hernando de Santillán y la Fundación de la Real Audiencia de Quito», «La Evangelización en el Ecuador» y muchas más que constituyen una maravillosa herencia cultural para todos los ecuatorianos.

Dedicado a sus libros y a la sagrada misión evangélica que le había sido encomendada, fray José María Vargas murió en la ciudad de Quito en los primeros meses de 1988.

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