Lizardo García
Político y comerciante guayaquileño nacido el 26 de abril de 1844, hijo del Sr. Manuel García Estrada y de la Sra. Catalina Sorroza.
Toda su educación la recibió en su ciudad natal, en el Colegio San Luís Gonzaga de los padres jesuitas, y a los 12 años de edad, al tiempo que continuaba auto educándose empezó a trabajar en el comercio para ayudar al pobre pero honorable hogar de sus padres.
Desde muy joven militó bajo la bandera del naciente Partido Liberal, al que sirvió con dinero y persona. En 1882 combatió a la dictadura del Gral. Ignacio de Veintemilla y desde esa época, de su fortuna personal lograda luego de varios años de trabajo honesto, remitía dinero al exterior para ayudar a los liberales exiliados en el Perú y en Centroamérica.
En 1884, al iniciarse en el Ecuador el período llamado del «Progresismo», apoyó con dinero y persona a la «Revolución de los Chapulos» para combatir al gobierno del Dr. José María Plácido Caamaño, y a principios de 1895, al estallar el escándalo de la «Venta de la Bandera» combatió también al gobierno del Dr. Luís Cordero.
Ese mismo año fue uno de los primeros en firmar el Acta de Pronunciamiento del 5 de junio, que fue el inicio de la Revolución Liberal que llevó al poder al Gral. Eloy Alfaro, y pocos días más tarde fue designado Ministro de Hacienda, Créditos y Obras Públicas del nuevo gobierno, asumiendo entonces la difícil tarea de obtener las rentas necesarias para poder financiar la campaña militar de la sierra.
Luego de la victoria de Gatazo y de la entrada triunfal de Alfaro en Quito, declinó toda intervención en la política y se retiró a la vida privada.
Su probada honorabilidad y rectitud hicieron que en 1898 sea elegido Senador suplente por la provincia del Guayas y ante la excusa presentada por el principal, tuvo que asistir a las sesiones de la Cámara donde fue electo Vicepresidente del Senado. Presentó entonces varios proyectos relacionados con la Ley de Bancos y la Ley de Monedas, y fue encargado por el presidente Alfaro para estudiar la deuda externa y buscar los medios económicos para su total cancelación.
Un año más tarde fue elegido Concejal del cantón Guayaquil y Presidente de la Municipalidad. En esa oportunidad dirigió la recién fundada Junta de Canalización que dotó a la ciudad de la planta proveedora de agua para el Cuerpo de Bomberos, con la que además se obtuvo un incremento notable en el volumen del abastecimiento de agua potable para la ciudad.
En 1903, durante el gobierno del Gral. Leonidas Plaza Gutiérrez fue comisionado por éste para arreglar en Londres, Inglaterra, las cuentas relacionadas con la construcción del Ferrocarril e intentar recuperar los territorios cedidos a los ingleses en la bahía del Pailón, en Esmeraldas, como parte de pago de la deuda externa del Ecuador.
Dos años después -a espaldas del Gral. Alfaro- el Gral. Leonidas Plaza lo nominó como candidato oficial para la Presidencia de la República. En la lid electoral enfrentó al temible Gral. Manuel Antonio Franco y al Gral. Flavio Alfaro, sobrino de don Eloy, y gracias al fraccionamiento de la oposición y al generoso respaldo que le brindó Plaza, su candidatura logró triunfar en las elecciones por una mayoría abrumadora.
«El gobierno de Lizardo García, impuesto por el general Plaza contra la voluntad de Alfaro, marca la ruptura definitiva del liberalismo, que desde ese momento cuenta con dos tendencias irreconciliables: alfaristas y placistas, que se harán entre ellas una guerra violenta y sin cuartel y que no terminará sino años después, cuando en el Ejido de la capital de la República se encienda «La Hoguera Bárbara»
(R. Arízaga Vega.- Antonio Vega Muñoz: El Insurgente, p. 127).
Asumió el poder el 1 de septiembre de 1905, y de alguna manera logró que su gobierno se inicie en un ambiente de paz y tranquilidad: No sabía que una nueva revolución liberal se estaba fraguando en el país.
El 31 de diciembre, para despedir el año, «don Lizardo García había organizado en el Palacio de Carondelet un baile de disfraces con la concurrencia de los mejores círculos sociales. De pronto llega un telegrama firmado por el Gral. Emilio M. Terán en estos términos: «Señor Lizardo García: Saludo a usted y le deseo un feliz año nuevo, comunicándole a la vez, que la guarnición de Riobamba está a mis órdenes, porque acaba de proclamar Jefe Supremo de la Nación al señor Gral. Eloy Alfaro»
(Eduardo Muñoz Borrero.- En el Palacio de Carondelet, p. 271).
El gobierno trató de oponer resistencia a la revolución alfarista, pero el 15 de enero de 1906, en la provincia de Cotopaxi se libró la histórica Batalla de Chasqui, en que las tropas gobiernistas al mando del Crnel. Larrea fueron derrotadas por el Gral. Alfaro luego de corto combate, pues sus miembros, al grito de «Viva la Revolución», se cambiaron de bando para respaldar al caudillo liberal.
Cuatro días más tarde, la guarnición de Guayaquil -numerosa y bien armada, al mando del Crnel. Fidel García y del Gral. Leonidas Plaza- trató de resistir el ataque del pueblo descargando todo su poder de fuego sobre quienes intentaban tomarse los cuarteles; pero a pesar de que las calles quedaron cubiertas por más de cuatrocientos cadáveres, el valor y la decisión del pueblo alfarista fue más fuerte que el diluvio de balas, y el 20 de enero obligaron a las fuerzas del gobierno a rendirse. El Gral. Plaza debió abandonar el país y al poco tiempo lo siguió también don Lizardo García.
A pesar de que su corta administración sólo duró cuatro meses, don Lizardo García trató de arrumbar el desarrollo del país iniciando algunas obras de importancia; fue creado el cantón Montúfar en la provincia del Carchi y se colocaron los postes para el alumbrado eléctrico de Guayaquil.
Rumbo al exilio, don Lizardo García se dirigió a Barcelona, España, donde permaneció hasta 1912 en que volvió, luego del Asesinato de los Héroes Liberales, ciego y desengañado de la política, pero reivindicado y con la frente en alto, pues el mismo Gral. Alfaro se había preocupado de que su honor quedara impoluto de cualquier acusación.
En 1923 el Concejo Cantonal lo declaró «Hijo Benemérito de la Ciudad de Guayaquil».
Cuatro años más tarde, don Lizardo García Sorroza murió en su ciudad natal, Guayaquil, el 28 de mayo de 1927.