Luis Miranda
Pintor guayaquileño nacido el 15 de abril de 1932, hijo del Sr. Pedro Miranda Martínez y de la Sra. Dolores Neira Peñafiel.
“Los primeros recuerdos de Luis Miranda se relacionan, de un lado, con la recolección de miel de abeja por parte de su familia, que tenía un sinnúmero de colmenas a lo largo de la vía El Empalme-Guayaquil y, por otro, con su afición muy temprana por el dibujo, que le lleva a borronear cuanto papel caía en sus manos, sin excluir, para desesperación de los mayores, los libros que había en la casa. Siguió con esta afición en la escuela, a despecho de sus profesores que le exigían inútilmente más aplicación en las otras materias. Los estudios primarios los concluyó en Cuenca, a donde se trasladaron por razones de trabajo sus padres, y al regresar al puerto principal inició sus estudios secundarios en el Colegio Vicente Rocafuerte, para terminarlos en el nocturno Borja Lavayen” (Inés Flores, Revista Diners No.116, enero / 92).
En 1950, llamado por los impulsos de su incontenible vocación artística, ingresó a la Escuela de Bellas Artes “Juan José Plaza”, de Guayaquil, donde tuvo como profesores a Hans Michaelson y César Andrade Faini -que fueron sus primeros guías- y donde permaneció hasta 1955 en que obtuvo el título de Profesor de Artes Plásticas. Ese mismo año y gracias a una beca otorgada por la Unesco, en busca de nuevas experiencias y posibilidades viajó a Europa, y se radicó en Italia para asistir a la Academia de Bellas artes de Roma, donde en 1961 se graduó como Licenciado en Artes.
Ya por esa época la calidad impactante de su obra había merecido elogiosos comentarios por parte de la exigente crítica de la “Ciudad Eterna”, y había obtenido el Primer Premio “Vía Marguta”, y el Premio “Fiat”, en 1959; El Primer Premio “Vittorio Grassi”, la “Copa Odescalchi”, de Brasiano, y la medalla de Plata por “Il Giornale Di Italia”, en 1960; premio, este último, que nuevamente obtuvo en 1961, poco antes de regresar al Ecuador.
En Guayaquil se sintió desconcertado, no solo por el ambiente agobiante de la situación político social que se vivía, si no porque las condiciones no era propicias para proyectar las expresiones de su inigualable talento. Decidió entonces marcharse nuevamente, y viajó a los EE.UU. donde permaneció hasta 1976.
Por esa época y a pesar de su ausencia, su obra llegó a Guayaquil y en 1973 obtuvo el Segundo Premio de Pintura en el Salón de Julio y el Segundo Premio de Pintura en el Salón de Octubre.
De regreso a Guayaquil, durante un tiempo se dedicó a la enseñanza y al ejercicio de su arte, poco tiempo después “Trasladó luego su lugar de residencia a Chanduy, pueblo de pescadores donde a través de su obra representa la vida cotidiana de sus habitantes. Su temática se centra en el paisaje costeño y su gente. Escenarios como las orillas de los ríos y las playas, personajes como los pescadores, jugadores de naipe, músicos de pueblo son algunos de los tantos motivos explorados por el artista…” (El Universo, Sbre. 11/06).
En 1976 obtuvo el “Primer Premio de Pintura”, tanto en el Salón de Julio como en el Salón de Octubre; en 1978 el “Premio Nacional de Pintura” del Banco Central, en 1982 el “Primer Premio de Pintura Armada Nacional del Ecuador”, y en 1984 le fue otorgada la “Medalla de Oro Municipalidad de Guayaquil, Al Mérito Artístico”.
“A más de ser un pintor que domina su oficio y cuyo empaste lo ubica muy arriba, y, tal vez, lo saca en ocasiones de problemas, es, también, un pintor que se atreve a desbrozar y a resaltar una figuración de otros tiempos y se solaza describiendo a los habitantes de su tierra, al medio donde ellos se desenvuelven y, si cabe, a determinados trozos de floras y faunas muy reconocibles y que, claro está, Luis Miranda, con su pincel, con su línea expresionista, con su sentido de la composición, les presta la contextura necesaria” (Luis Martínez Moreno / “Zalacaín”).