Manuel Antonio de Luzarraga
Prócer de la independencia nacido en Mundaca, Vizcaya, España, el 1 de octubre de 1796, hijo de don Miguel Antonio de Luzárraga y de doña María Echezuría.
Muy joven salió con rumbo a América y por 1818 se estableció en Guayaquil donde alcanzó una situación muy destacada y fue nombrado, en 1820, para desempeñar el cargo de Capitán del Puerto.
Desde su llegada había manifestado sus simpatías e ideas republicanas, por lo que en su oficina de comercio se reunían, con múltiples pretextos, Llona, Letamendi, Olmedo, Febres-Cordero, Villamil, Urdaneta y otros patriotas identificados con los mismos ideales. Con estos antecedentes fue uno de los principales invitados a la fiesta que se celebró en casa del Gral. José de Villamil el 1 de octubre de ese mismo año, y esa noche estuvo presente en la reunión secreta a la que José de Antepara llamó “La Fragua de Vulcano”.
Contribuyó con su esfuerzo personal a la transformación política que se inició con laRevolución del 9 de Octubre de 1820, que proclamó la independencia de Guayaquil y abrió las puertas de la libertad a todos los pueblos de Quito, e inmediatamente puso al servicio de la revolución la famosa goleta “Alcance”, de la cual era propietario junto con Manuel Loro.
Su actuación más relevante se desarrolló en el campo del comercio, la banca y la industria guayaquileña. En 1828 construyó de su propio peculio un local para que funcione la primera Escuela de Niñas, y durante el bloqueo del puerto de Guayaquil, en la guerra Perú-Colombiana, actuó como parlamentario para la firma del Convenio de Paz del 19 de enero de 1829.
Un año más tarde, al instaurarse la República se había convertido, gracias a su visión para los negocios, en uno de los personajes más pudientes de Guayaquil y tenía varios barcos traficando entre las costas de México y Perú, en los cuales exportaba los productos agrícolas de nuestro país. Al regreso, los barcos venían abarrotados de productos extranjeros manufacturados, con los que surtía sus almacenes.
En 1834 le fueron concedidas las insignias de General de Brigada, y en 1838 fue designado Ministro Plenipotenciario del Ecuador en México. Al año siguiente, a solicitud de su pariente político, el gobernador don Vicente Rocafuerte, le hizo a la ciudad un préstamo de 6.000 pesos, con los que se pudo adquirir en Inglaterra, un reloj para ser ubicado en el lugar que ocupaba el antiguo reloj de los jesuitas, sobre la Casa del Cabildo. Siendo este el mismo que hoy nos da la hora en los altos de la “Torre Morisca”.
Fue un filántropo que se prodigó a manos llenas, y a su labor benefactora se debe el desarrollo del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, al que obsequió para sus servicios una bomba que fue bautizada con su nombre.
Luego de haber servido con dinero y persona a la República del Ecuador, viajó a España en busca de cura para una grave enfermedad cardiaca, pero la muerte le sobrevino en la ciudad de Cádiz, en el año 1855.