Modesto Chávez Franco
Folklorista, historiador y periodista nacido en Santa Rosa, provincia de El Oro, el 22 de noviembre de 1872, hijo del Cmdt. Modesto Chávez Cora y de la Sra. Mariana Franco y Luna.
Desde temprana edad pasó a vivir a la ciudad de Guayaquil donde recibió todas sus enseñanzas: La primaria en el plantel de don Tomás Martínez y la secundaria en el Colegio San Vicente del Guayas.
Identificado con los principios liberales que caracterizaban a la juventud de esa época, a los catorce años de edad conspiró en contra del gobierno del Dr. José María Plácido Caamaño, por lo que, pese a su corta edad, fue tomado preso y deportado al Perú.
A su regreso del Perú, en 1891 dio sus primeros pasos en el campo periodístico escribiendo en El Tiempo de Guayaquil, y un año más tarde editó el semanario «El Obrero».
Al aparecer la primera publicación de «El Grito del Pueblo» -el 22 de enero de 1895-, figuró entre sus redactores de planta y a través de sus escritos luchó ardientemente para sentar las bases del liberalismo en el Ecuador. Por esa época fue uno de los principales denunciantes del asunto de la «Venta de la Bandera», por lo que nuevamente fue perseguido y reducido a prisión.
En 1897 se graduó de Bachiller en Filosofía y Letras, y en Latinidad, y al año siguiente se matriculó en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil. Ese mismo año publicó «Broma en Todo» y posteriormente, en 1900, la comedia «Políticos al Día».
En enero 1912 -luego de haberse firmado el traicionero «Tratado de Durán»-, por haber apoyado al Gral. Pedro J. Montero en su revolución también fue puesto en la lista de los prisioneros que debían ser trasladados a Quito, pero pudo salvarse gracias a que se escondió a bordo del vapor Chile que se encontraba anclado en el puerto, y merced a la intervención de su amigo el Gral. Delfín Triviño -Gobernador del Guayas-, pudo trasladarse a Daule donde permaneció confinado hasta el año 1914 en que fue enviado a Catarama, y sólo pudo regresar a Guayaquil en 1916, cuando el Gral. Leonidas Plaza, principal responsable del «Asesinato de los Héroes Liberales», terminó su segundo gobierno constitucional.
Fue un patriota que prestó importantes servicios al país desde diferentes cargos públicos. Fue Revisor del Tribunal de Cuentas, Administrador de Correos del Guayas, Profesor de Literatura del Colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil, Director de la Biblioteca Municipal y Diputado al Congreso por la provincia del Guayas.
Larga es la lista de sus publicaciones, la mayoría de ellas de carácter histórico, investigativo y folklórico; tal es el caso de «Abdón Calderón», drama histórico en verso publicado en 1911; el monólogo festivo «El Juicio Final» y el drama «Sarcasmo», en 1916; los tres volúmenes de «El Lector Ecuatoriano», publicados entre 1915 y 1919, y que fueron escritos con José Antonio Campos; la comedia «Sierra y Costa», en 1921; «Cartilla Patria», en 1922; y la novela «Expiación», en 1926. En 1930 obtuvo el «Premio Unico» en el concurso histórico promovido por la Municipalidad de Guayaquil, en el que participó presentando sus notables «Crónicas del Guayaquil Antiguo», y al año siguiente, en homenaje a sus méritos recibió el título de «Cronista Vitalicio de Guayaquil». En 1936 editó «Reflexiones para los Encarcelados», y en 1940 «Biografías Olvidadas».
En 1938 la patria le rindió culto como uno de sus mejores hijos y la Asamblea Nacional Constituyente lo declaró «Ciudadano Ilustre de la Nación». En 1951 el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil reconoció su labor patriótica en el campo de las letras y le otorgó la condecoración «Estrella de Octubre de Primera Clase».
Poco tiempo después enfermó gravemente, y falleció en Guayaquil, la ciudad que lo recibió como al mejor de sus hijos, el 14 de mayo de 1952.