Portoviejo

Fue fundada por el Cap. Francisco Pacheco quien, cumpliendo órdenes de Diego de Almagro, llevó a cabo dicho acto el 12 de marzo de 1535, bautizándola con el nombre de “Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viejo”.

“Antes de esa fecha, en 1526, el mariscal don Francisco Pizarro había recorrido por tres ocasiones la costa ecuatoriana desde Túmbes a Esmeraldas y previsto la necesidad de una ciudad portuaria desde la cual pudiera iniciar la conquista del Reino de Quito, transmontando las cordilleras, pero sin perder el control de sus funciones en el Perú. En la conquista de la que hoy es provincia de Manabí, a más del capitán Pacheco actuaron dos españoles: el piloto Bartolomé Ruiz y Gonzalo de Olmos, que aun ejerció de Gobernador por ausencia del referido Pacheco, al que Pedro de Puelles, agente de Benalcázar, pretendió arrebatar el honor de fundación”

(H. Oña Villarreal.- Fechas Históricas y Hombres Notables del Ecuador, p. 113).

Con esta fundación -realizada a dos leguas tierra adentro, a orillas del río de su mismo nombre- los conquistadores españoles crearon el primer punto de arribo para todas las embarcaciones que viajaban desde y hacia Panamá, a las que además daba protección y seguridad, pues constantemente eran asaltadas por aborígenes de esa zona. Por otra parte, se facilitaron los movimientos para la conquista de toda la región.

A raíz del ataque que la ciudad sufriera en 1624 por parte del pirata Jacques L’Hermite Clerk, y buscando refugio para protegerse de otros ataques de piratas y filibusteros, por el año 1628 la ciudad fue trasladada al lugar que ocupa actualmente.

Desde su fundación tuvo la categoría de ciudad, es decir, con derecho para elegir un Cabildo y un Alcalde, y con jurisdicción propia e independiente. Erigida también a la condición de Tenencia, bajo su jurisdicción estuvieron los pueblos de Charapotó, Jipijapa, Montecristi, Pichota, Picoazá y Tosagua. Su condición de Tenencia y de ciudad facilitó su crecimiento, y durante la colonia se convirtió en una de las más importantes de la Real Audiencia de Quito.

Tendría aproximadamente 3.000 habitantes cuando prendió en ella la llama de la libertad, y fue una de las primeras ciudades que plegaron al movimiento independentista iniciado en Guayaquil con la Revolución del 9 de Octubre de 1820.

En efecto, una vez que Guayaquil logró su independencia, José Joaquín Olmedo envió a José Antonio Vallejo con una carta en la que con su propio puño y letra la declaraba ciudad “Libre del Yugo Servil”; esta carta fue entregada al presbítero Manuel Rivadeneira, párroco de la ciudad, quien inmediatamente convocó a un Cabildo Abierto que, reunido el 18 de octubre, proclamó su libertad.

Posteriormente, con fecha 21 de agosto de 1821 se constituyó una Junta Provisoria, misma que reunió importantes recursos para la defensa de la independencia de Guayaquil: Este cuerpo organizó el “Batallón Olmedo de los Decididos de Portoviejo”, que el 24 de mayo de 1822 asistió y selló la libertad en la Batalla del Pichincha y, dos años más tarde, la de América en los campos de Ayacucho.

Portoviejo fue cantonizada y designada capital provincial de acuerdo con la Ley de División Territorial de Colombia del 25 de junio de 1824, expedida por el Gral. Francisco de Paula Santander; pero posteriormente perdió su condición de capital cuando esta designación pasó a Montecristi, que la tuvo hasta el 14 de octubre de 1867, en que por decreto sancionado por el Presidente de la República, Dr. Jerónimo Carrión, recuperó dicha categoría.

Es cabecera del cantón de su mismo nombre, que está integrado además por las parroquias rurales Abdón Calderón (San Francisco), Alajuela (Bajo Grande), Crucita, Chirijos, Pueblo Nuevo, Río Chico y San Plácido.

Conocida como la ciudad de «Los Reales Tamarindos», Portoviejo se ha convertido en el más importante centro de actividad agrícola y comercial de la provincia de Manabí y base fundamental de su economía.

Está situada en los 01o 04’ de latitud sur, y los 90o 26’ de longitud oeste, a 44 m sobre el nivel del mar.