Provincia de Pastaza
La llegada de los españoles a lo que hoy es la provincia de Pastaza se inició a partir de 1539, año en que Gonzalo Díaz de Pineda fundó la ciudad de Baños (Prov. de Tungurahua), que pronto se convirtió en puerta de entrada a esas regiones de la amazonia. Posteriormente la fundación de Baños fue reafirmada en 1570 por religiosos dominicos que se establecieron en ella para facilitar su acceso a las tribus que vivían en las orillas de los ríos Upano, Pastaza, Pindo y Bombonaza.
Inicialmente integró -junto a las actuales provincias de Napo y Sucumbíos- la antigua provincia de Napo-Pastaza, creada el 15 de diciembre de 1920 por el gobierno que presidió el Dr. José Luis Tamayo; y mantuvo dicha condición y extensión hasta el 22 de octubre de 1959, en que por decreto ejecutivo sancionado por el Presidente de la República, Dr. Camilo Ponce Enríquez, sus territorios fueron divididos y se crearon las dos provincias.
Con sus 29.656 km2 de extensión, es la segunda más grande del país, y limita: Al norte con la provincia de Napo, al sureste con la República del Perú, al oeste con la provincia de Tungurahua y al suroeste con la de Morona-Santiago.
En época de la conquista española sus territorios formaron parte de la gobernación de Quijos, y fueron famosos por la creencia de que en ellos existían importantes riquezas y minas de oro.
La capital de la provincia es la ciudad de Puyo -situada al oeste de la misma- y está dividida en los cantones: Arajuno, Pastaza, Mera y Santa Clara.
Como todas las provincias amazónicas del Ecuador, sus territorios se extienden desde las estribaciones de la cordillera oriental de los Andes, y se prolonga hacia el este hasta la frontera con el Perú, ocupando importantes regiones del oriente ecuatoriano.
No presenta elevaciones destacadas, pero está regada por numerosos e importantes ríos como el Cononaco, el Curaray, el Conambo, el Bombonaza, el Pastaza y el Pinduyacu; los que con sus aguas enriquecen y fertilizan todas sus tierras haciéndolas muy aptas para la agricultura y la ganadería.
Su población -de escaso número- está compuesta de colonos blancos que llegaron a ella desde la provincia del Tungurahua. También existen rezagos de poblaciones nativas, especialmente de Yumbos, que están bastante integrados socialmente aunque mantienen su propia cultura, y algunos Záparos y Aucas que están asentados en las cabeceras de los ríos Tigre y Curaray.