Pujilí

Cantón de la provincia de Cotopaxi.

En el incario fue un asentamiento indígena de relativa importancia, y cuando los españoles iniciaron la conquista, a partir de 1540 -por disposición de Francisco Pizarro- formó parte del Corregimiento de Tacunga (Latacunga).

La ciudad, llamada antiguamente Villa de San Buenaventura de Pujilí, se encuentra situada en las faldas del Sinchaguasín, a 2.932 m sobre el nivel del mar, en la vía Latacunga-Quevedo. Se asegura que fue fundada por Alonso Hacho Cápac, «hijo de Nina Cápac, que vino del Cuzco con Tupac-Yupanqui», y la habitaron paeces, urupuquinas, chimúes, atacameños e incas.

Durante la colonia fue asiento de misioneros franciscanos, y su fundación española estuvo a cargo del Cap. Antonio Clavijo.

Pujilí tuvo relevante importancia luego de la Revolución del 10 de Agosto de 1809, y se convirtió en refugio de los próceres quiteños perseguidos y amenazados a consecuencia del fracaso de dicho movimiento. Allí continuaron sus acciones rebeldes Pedro y Carlos Montúfar, y encontraron refugio Feliciano Checa y Manuela Cañizares cuando fueron acosados por las autoridades españolas.

Fue creada como cantón de la provincia de León (Cotopaxi) por decreto legislativo del 14 de octubre de 1852, expedido durante la presidencia del Gral. José María Urbina.

Su cabecera es la ciudad de su mismo nombre -situada al oeste de Latacunga- y está integrado por las parroquias rurales Angamarca, Guangaje, La Victoria, Pilaló (Macuchi), Tingo y Zumbahua.

Ha sido cuna de importantes personalidades que han servido al país desde diferentes campos, tal es el caso de los patriotas y próceres de la Revolución del 9 de Octubre de 1820, José y Luis Fernando Vivero; el notable Obispo de Quito monseñor José Ignacio Checa y Barba, y el Gral. Guillermo Rodríguez Lara, que gobernó el país dictatorialmente desde el 15 de febrero de 1972 hasta el 1 de enero de 1976.

Un fuerte movimiento sísmico que sacudió la provincia de Cotopaxi el 28 de marzo de 1996, dejó parcialmente destruidas e inhabitables el 90% de las edificaciones y un elevado saldo de víctimas.

Cada año, con motivo de las celebraciones de Corpus Christi, entre el 23 y el 25 de mayo, en este próspero cantón se realizan diferentes expresiones religiosas y paganas, con las que el pueblo agradece al astro rey y a la tierra, por bendecir y propiciar la fecundación de los alimentos.