Riobamba
Capital de la provincia de Chimborazo.
Es muy probable que la antigua Riobamba, situada antes de la llegada de los españoles a orillas de la laguna de Colta, haya sido establecida por los Incas como un “tambo” en ese estratégico punto del “camino real” (Segundo Moreno Yánez.-Formaciones Políticas Tribales y Señoríos Etnicos / Nueva Historia del Ecuador, E. Ayala Mora, Volumen II, Epoca Aborigen, p. 88.
En los primeros momentos de la conquista española, esta población indígena fue testigo de dos ceremonias que determinarían la historia de lo que hoy es el Ecuador, pues en ella se realizaron las fundaciones de Guayaquil y de Quito.
En efecto, “Por fuerza de las circunstancias allí, el 15 de agosto de 1534, resolvió el Mariscal Diego de Almagro fundar la ciudad de Santiago, «que se podía mudar con el nombre al sitio que la experiencia indique que es mejor»; el 28 del mismo mes acordó en Riobamba fundar «otro pueblo, la villa de San Francisco», que se establecería en el poblado indígena de Quito. Así quedaron creados dos de los tres pueblos que era el mínimo usual en cada provincia, y por ello es que, el mismo Mariscal, comisionó al Cap. Francisco Pacheco para que fundara la «villa de San Gregorio de Portoviejo», cumpliendo este encargo el 12 de marzo de 1535, con lo que se completó el acto legal que dejaba constituida la «provincia de Quito”
(Miguel Aspiazu.- Las Fundaciones de Guayaquil, p. 111).
Estas fundaciones -que sólo fueron en documentos y en actas- aunque no establecieron ninguna población fueron el génesis de Guayaquil y de Quito; pero como a los pocos días los conquistadores continuaron su avance hacia el norte, el asentamiento quedó deshabitado y volvió a convertirse en el poblado indígena que había sido hasta antes de la llegada de los españoles.
El 9 de julio de 1575 y cumpliendo órdenes de la Presidencia de la Real Audiencia de Quito, el Cap. Antonio de Rivera y don Ruiz Díaz de Zuenmayor procedieron a la fundación de la “Aldea de San Pedro de Riobamba”, que erigida en Corregimiento albergó bajo su jurisdicción los poblados de Cajabamba, Calpi, Cebadas, Cubijíes, Chambo, Guamote, Guanando, Guano, Ilapó, Licán, Licto, Penipe, Pungalá, Punín, Quimiag, San Andrés, San Luís y Yaruquíes.
En 1589, en homenaje al Virrey don Fernando de Torres y Portugal, Conde del Villar don Pardo, se le cambió el nombre y se la llamó “Villa del Villar don Pardo”, pero este nombre fue olvidado rápidamente y se mantuvo el de Riobamba.
«Antes que el terremoto de 1645 destruyera la primitiva ciudad, hallábase asentada sobre tres llanuras contiguas. La primera entre el norte y oriente de benignísimo clima, llamáronla Liribamba, y fue la capital de los antiguos régulos de Puruhá; nombrábase la de en medio Cajabamba, que tanto quiere decir, «llanura entre dos estrechos», y la tercera, que era la más espaciosa y de más frío clima, fue llamada Riobamba, que quiere decir, «llanura por donde se sale o va afuera»
(Joaquín de Avendaño.- Imagen del Ecuador, p. 219).
Años más tarde, y a pesar de los terremotos que la arruinaron en 1645, en 1698 y en 1778, la ciudad -luego de ser reconstruida- se había convertido en una de las más importantes de la Presidencia de Quito; pero el sábado 4 de febrero de 1797, un nuevo y formidable terremoto la destruyó totalmente y obligando a sus sobrevivientes a decidir si la levantaban en el mismo lugar o la trasladaban a uno nuevo.
Por mayoría, sus habitantes se decidieron por la traslación, suscitándose entonces una disputa sobre el punto donde sería mejor su reedificación: unos señalaban la llanura de Gatazo y otros preferían la de Tapi. Finalmente y reunidos en asamblea pública que se instaló el 21 de marzo de ese mismo año en Cajabamba, se acordó nombrar una comisión -integrada por los señores José Antonio Lizarzaburu, Andrés Falconí y Vicente Antonio de León- para que estudie cual lugar convenía más.
Más de un año duraron los estudios, hasta que finalmente se decidió levantarla en la meseta de Tapi; pero a pesar de ello los riobambeños continuaron con sus discusiones, por lo que el Presidente de la Audiencia de Quito, Héctor Luís, Barón de Carondelet, ordenó terminantemente la traslación de la villa y su asentamiento definitivo en el nuevo emplazamiento, que se cumplió en el año 1799.
La villa creció y prosperó rápidamente gracias al trabajo y sacrificio de sus hijos, y el 11 de noviembre de 1811, la Junta Soberana de Quito, presidida por el obispo José Cuero y Caicedo, le concedió el título de ciudad.
Nueve años más tarde -justamente el 11 de noviembre de 1820-, al conocer que los patriotas guayaquileños habían logrado una histórica victoria en la Batalla de Camino Real, y que Portoviejo, Cuenca y demás ciudades habían plegado al movimiento independentista iniciado en Guayaquil con la Revolución del 9 de Octubre, Riobamba se adhirió a la independencia proclamada en Guayaquil y se empeñó también en la lucha por la libertad.
Ese día tuvieron importantísima actuación don Melchor de Guzmán -conocido como «Cholo Virrey»-, Juan Bernardo de León, Estanislao Zambrano, Diego Donoso, Ambrosio Dávalos, Ignacio José de Lizarzaburu, Francisco Chiriboga, Jacinto González, entre otros; y sobre todo Agustín Velasco Unda, quien dirigiéndose al pueblo riobambeño manifestó su afán de libertad frente a la casa del corregidor Martín Chiriboga y León.
Inmediatamente el Acta de su adhesión fue enviada a Guayaquil, a León de Febres-Cordero, para confirmar y respaldar la causa de la libertad.
Desgraciadamente al poco tiempo los patriotas sufrieron un terrible revés en los campos de Huachi, luego del cual Riobamba volvió a caer en manos de los realistas. Entonces los riobambeños debieron esperar hasta el 21 de abril de 1822 -en que las fuerzas patriotas derrotaron a los realistas en la Batalla de Riobamba– para finalmente recuperar de manera definitiva su libertad.
Riobamba es cabecera del cantón de su mismo nombre -creado de acuerdo con la Ley de División Territorial de Colombia del 25 de junio de 1824 expedida por el Gral. Francisco de Paula Santander-, el cual está integrado además por las parroquias rurales Cacha (Machángara), Calpi, Cubijíes, Flores, Lincán, Lito, Pungalá, Punín, Quimiag, San Juan y San Luís.
Por su estratégica situación geográfica Riobamba ha jugado papeles muy importantes en la historia de nuestra patria, y fue justamente en ella donde, convocada por el Gral. Juan José Flores, se reunió el 14 de agosto de 1830 la Primera Constituyente, que dictó la primera Carta Fundamental de la República del Ecuador.
Durante los primeros años de la República Riobamba permaneció casi aislada del resto del país, pero a partir de 1905, con la llegada del Ferrocarril la situación cambió radicalmente: Los agricultores de la región pudieron enviar sus productos hacia los centros de comercialización de la costa, al tiempo que familias guayaquileñas aprovechaban las ventajas del nuevo sistema de transporte que, en un cortísimo viaje de “nueve horas”, luego de las correspondientes paradas en Milagro, Bucay, Huigra, Alausí, Guamote y Colta, llegaban finalmente a la capital del Chimborazo.
A partir de entonces Riobamba empezó a crecer y desarrollarse a pasos agigantados, pues en busca de nuevas oportunidades de inversión llegaron a ellas capitales de varias partes de país para instalar -a partir de la década de los 20- nuevas empresas que en muy poco tiempo convirtieron a la ciudad en un emporio generador de trabajo situado en el corazón del país.
Fue por eso que don Segundo Martínez Dávalos, uno de los más renombrados cronistas riobambeños, escribió: “Antes del tren no conocíamos lo que eran las fábricas y peor el agua potable. Los pobres recogían agua inmunda de las acequias. Los ricos enviaban a sus huasicamas (empleadas) a las vertientes del Chibunga. Con el tren se instalaron 17 kilómetros de tubería desde el Chimborazo”
(El Comercio.- Quito, Marzo 20/05).
Fue por esa época que se fundó el periódico Los Andes.
A unos 7 km de Riobamba -en la parroquia Punín- se han realizado importantes descubrimientos arqueológicos: Por el año 1905, de la «Quebrada Colorada», perteneciente a esa jurisdicción, el canónigo Dr. Juan Félix Proaño descubrió y extrajo los restos de un inmenso mastodonte, que fue llevado al museo de Quito.
Años más tarde, excavaciones realizadas por el profesor Anthony en 1923 descubrieron un cráneo humano muy antiguo; y en 1974 Emilio Bonifaz descubrió en la misma quebrada otro cráneo similar. Estos descubrimientos y el de varias piezas de obsidiana tallada que se han encontrado en la zona hacen suponer que la antigüedad de los hombres que habitaron esas regiones puede tener más de 12.800 años.
Llamada “La Sultana de los Andes”, Riobamba está situada en los 01o 38’ de latitud sur, y los 78o 40’ de longitud oeste, a 2.754 m sobre el nivel del mar.
Ese día tuvieron importantísima actuación don Melchor de Guzmán -conocido como «Cholo Virrey»-, Juan Bernardo de León, Estanislao Zambrano, Diego Donoso, Ambrosio Dávalos, Ignacio José de Lizarzaburu, Francisco Chiriboga, Jacinto González, entre otros; y sobre todo Agustín Velasco Unda, quien dirigiéndose al pueblo riobambeño manifestó su afán de libertad frente a la casa del corregidor Martín Chiriboga y León.
Inmediatamente el Acta de su adhesión fue enviada a Guayaquil, a León de Febres-Cordero, para confirmar y respaldar la causa de la libertad.
Desgraciadamente al poco tiempo los patriotas sufrieron un terrible revés en los campos de Huachi, luego del cual Riobamba volvió a caer en manos de los realistas. Entonces los riobambeños debieron esperar hasta el 21 de abril de 1822 -en que las fuerzas patriotas derrotaron a los realistas en la Batalla de Riobamba– para finalmente recuperar de manera definitiva su libertad.
Riobamba es cabecera del cantón de su mismo nombre -creado de acuerdo con la Ley de División Territorial de Colombia del 25 de junio de 1824 expedida por el Gral. Francisco de Paula Santander-, el cual está integrado además por las parroquias rurales Cacha (Machángara), Calpi, Cubijíes, Flores, Lincán, Lito, Pungalá, Punín, Quimiag, San Juan y San Luís.
Por su estratégica situación geográfica Riobamba ha jugado papeles muy importantes en la historia de nuestra patria, y fue justamente en ella donde, convocada por el Gral. Juan José Flores, se reunió el 14 de agosto de 1830 la Primera Constituyente, que dictó la primera Carta Fundamental de la República del Ecuador.
Durante los primeros años de la República Riobamba permaneció casi aislada del resto del país, pero a partir de 1905, con la llegada del Ferrocarril la situación cambió radicalmente: Los agricultores de la región pudieron enviar sus productos hacia los centros de comercialización de la costa, al tiempo que familias guayaquileñas aprovechaban las ventajas del nuevo sistema de transporte que, en un cortísimo viaje de “nueve horas”, luego de las correspondientes paradas en Milagro, Bucay, Huigra, Alausí, Guamote y Colta, llegaban finalmente a la capital del Chimborazo.
A partir de entonces Riobamba empezó a crecer y desarrollarse a pasos agigantados, pues en busca de nuevas oportunidades de inversión llegaron a ellas capitales de varias partes de país para instalar -a partir de la década de los 20- nuevas empresas que en muy poco tiempo convirtieron a la ciudad en un emporio generador de trabajo situado en el corazón del país.
Fue por eso que don Segundo Martínez Dávalos, uno de los más renombrados cronistas riobambeños, escribió: “Antes del tren no conocíamos lo que eran las fábricas y peor el agua potable. Los pobres recogían agua inmunda de las acequias. Los ricos enviaban a sus huasicamas (empleadas) a las vertientes del Chibunga. Con el tren se instalaron 17 kilómetros de tubería desde el Chimborazo” (El Comercio.- Quito, Marzo 20/05).
Fue por esa época que se fundó el periódico Los Andes.
A unos 7 km de Riobamba -en la parroquia Punín- se han realizado importantes descubrimientos arqueológicos: Por el año 1905, de la «Quebrada Colorada», perteneciente a esa jurisdicción, el canónigo Dr. Juan Félix Proaño descubrió y extrajo los restos de un inmenso mastodonte, que fue llevado al museo de Quito.
Años más tarde, excavaciones realizadas por el profesor Anthony en 1923 descubrieron un cráneo humano muy antiguo; y en 1974 Emilio Bonifaz descubrió en la misma quebrada otro cráneo similar. Estos descubrimientos y el de varias piezas de obsidiana tallada que se han encontrado en la zona hacen suponer que la antigüedad de los hombres que habitaron esas regiones puede tener más de 12.800 años.
Llamada “La Sultana de los Andes”, Riobamba está situada en los 01o 38’ de latitud sur, y los 78o 40’ de longitud oeste, a 2.754 m sobre el nivel del mar.