Rodrigo Núñez de Bonilla
Conquistador español nacido –posiblemente- en Sevilla, a principios del siglo XIV.
A pesar de ser hombre acaudalado, su espíritu aventurero los trajo a América por el año de 1530, y tres años más tarde fue uno de los primeros conquistadores del Perú, asistiendo, junto a Pizarro y Benalcázar, a la captura de Atahualpa, en Cajamarca.
En premio a sus servicios, Pizarro, que conocía de su valor y lo estimaba en sumo grado, le dio la encomienda de los Cañaris indicándole que debía establecer en ella un asiento, que era como se llamaba entonces a las poblaciones de los blancos.
Núñez de Bonilla aceptó la Encomienda y a principios de 1538 se trasladó a Tomebamba en compañía de varios soldados y algunos sacerdotes; y cumpliendo con lo dispuesto por Pizarro, procedió a levantar un pequeño caserío con techumbres de paja y paredes de lodo y adobe al que llamó Santa Ana de los Ríos; sobre el cual, el 12 de abril de 1557, Gil Ramírez Dávalos fundaría la ciudad que entonces se llamó Nueva Cuenca del Perú.
Desde Tomebamba Núñez de Bonilla se aventuró hacia las jibarías de las regiones orientales o selvas de Macas, que era como se denominaba entonces esos territorios.
En 1545 -radicado en Quito- junto al Virrey Blasco Núñez de vela asistió a la Batalla de Iñaquito, y luego de ser vencido fue desterrado a Chile por Gonzalo Pizarro. A mitad del camino logró escapar y viajó a México donde permaneció algún tiempo y contrajo matrimonio con Doña María de la Cueva, con quien volvió luego a Quito para radicarse de manera definitiva.
“Núñez de Bonilla, segundo Gobernador de la Provincia de los Quijos, era uno de los personajes más notables que había entonces en la colonia; compañero de Benalcázar en la conquista de estas provincias y uno de los primeros pobladores de Quito; gozaba de la consideración debido a su riqueza, a su jerarquía social y a sus conocimientos…”
(González Suárez).
Rodrigo Núñez de Bonilla murió en Quito, en el año de 1560.