Santa Lucia
Cantón de la provincia del Guayas.
Antes de la conquista esa región estuvo habitaban por los indios Chonanas, que en 1535 opusieron gran resistencia a los españoles.
Situada en la vía Daule-Balzar, a orillas del río Daule, en los primeros años de la colonia formó parte de la antigua Tenencia de Daule.
Consumada la Revolución del 9 de Octubre de 1820, el 12 de diciembre del mismo año fue erigida en parroquia rural del cantón Daule por orden de la Junta de Gobierno de Guayaquil, que designó al Crnel. José Carbo Unzueta para que cumpla con tal misión.
Con el paso de los años se convirtió en uno de los principales centros agrícolas de la provincia del Guayas, sobre todo en la producción de arroz, y su parroquialización fue consignada nuevamente en la Ley de División Territorial de 1861.
Su cantonización se inició a finales de 1985, cuando sus principales dirigentes culminaron con éxito las gestiones para lograr tal propósito, y el decreto correspondiente fue aprobado finalmente y en segunda instancia por el Plenario de las Comisiones Legislativas Permanentes, el 1 de octubre de 1986.
Por razones de índole legal el decreto de su cantonización no pudo ser sancionado por el Presidente de la República, Ing. León Febres-Cordero, sino hasta el año siguiente, y fue publicado en el Registro Oficial No. 032 del 3 de febrero de 1987. Por resolución del Concejo, sus festividades han sido trasladadas al 1 de octubre.
Su cabecera cantonal es la población de su mismo nombre y no tiene parroquias rurales.
Sobre el origen de su nombre, la tradición dice que en los primeros años de la colonia, lo que hoy es Santa Lucia era toda una montaña, donde había una pequeña aldea, cuyos pobladores, al culminar una de sus jornadas de trabajo, escucharon una música de campanilla que provenía de los troncos de los árboles de matapalo, sembrados en lo que hoy se conoce como Las Lomas de Santa Lucia. Los aldeanos, intrigados y temerosos por dicha música, no se acercaban, pero pudieron observar dentro de una oquedad la imagen de la virgen. La voz se corrió y las autoridades eclesiásticas estudiaron el caso, optando por trasladar el matapalo a una capilla para venerar la imagen, allí se asentó lo que hoy es Santa Lucía y el nombre proviene de la imagen que se encontró.