Teatro Nacional Sucre
Constituye una de las joyas de la arquitectura clásica que adornan la ciudad de Quito, y su construcción se debe al Gral. Ignacio de Veintemilla y al entusiasmo de su principal promotora, la “Generalita” Marieta de Veintemilla, sobrina del gobernante, quien se había convertido en el centro social y cultural de la ciudad.
En efecto, “En marzo 17 de 1877, el Ministro de lo Interior, Sr. Dn. Pedro Carbo, aprobó a nombre de su gobierno la formación de la Sociedad “La Civilización”, a la que concedió el terreno y casa de la carnicería para el teatro...” (Celiano Monge).
Dos años más tarde, el Gobierno y la Municipalidad de Quito firmaron un acuerdo por medio del cual se contrató al Sr. Leopoldo Fernández Salvador para la construcción del Teatro Nacional, que años más tarde adoptaría el nombre de Sucre, en homenaje al vencedor de la batalla del Pichincha.
La construcción del teatro se inició en el año 1880 y fue concluida a mediados de 1886. Según sostuvo entonces el Dr. Luciano Andrade Marín, “La obra fue realizada con muchas fallas y defectos, y aún así hasta ese estado con la fachada todavía incompleta, llegó el gasto a la respetable suma de de 111.000 sucres”.
Fue inaugurado el 24 de noviembre de 1887 durante la presidencia del Dr. José María Plácido Caamaño, con una magnífica velada artística internacional que se engalanó con la música del pianista francés “Capitán” Louis Marcel Voyer, la orquesta del maestro Aparicio Córdova y la Banda de la Artillería del Ejército Ecuatoriano.
También puedes leerTeatro Nacional SucreEntre 1900 y 1905 el edificio fue sometido a renovación por el arquitecto alemán Francisco Schmidt, entonces arquitecto del Estado, quien realizó, entre otros trabajos, el reemplazo de la cubierta de madera por una de hierro, la reparación de todos los maderos carcomidos por los xilófagos, el cielo raso y el piso de la platea, y la terminación de la fachada, caracterizada principalmente por su sobrio estilo neoclásico, y en la que se destacan los relieves del tímpano con Orfeo y las nueve musas.
En 1952, debido al deterioro sufrido por el edificio, se llevó a cabo un primer trabajo de mantenimiento general del edificio, procediéndose a realizar importantes reparaciones a su estructura.
A finales del siglo XX, una vez más esta hermosa edificación se había deterioro de manera tal que ponía en peligro su estructura: Ante esta situación, la administración municipal se empeñó en su rehabilitación, y luego de los trámites de rigor, el 23 de noviembre del año 2001 se firmó un comodato mediante el cual el Gobierno central entregaba el teatro al Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, por un período de 50 años, garantizando de esta manera el total control sobre el inmueble.
A partir de este hecho, por encargo del alcalde metropolitano, Gral. Paco Moncayo Gallegos, el FONSAL pudo ejecutar un proyecto integral de rehabilitación y rescate, partiendo del análisis de la historia y evolución del edificio y evaluando las intervenciones anteriores, reconociendo que las obras culminadas en el año 1952 fueron las que estructuraron de manera definitiva a la edificación. Se valoró también el estado en que se recibió el edificio, concluyendo que desde el último cierre del Teatro, la confusión, discontinuidad y por último, el abandono de los trabajos, habían agravado su estado de conservación.
Los nuevos trabajos de reparación y reconstrucción se iniciaron de inmediato y para el año 2004 el Teatro Nacional Sucre había sido totalmente rehabilitado.
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